El proyecto de ley de reforma de la Justicia Federal que impulsó el presidente Alberto Fernández y que comienza a debatirse en el Senado nacional, despertó que sectores de la oposición pusieran el grito en el cielo y convocaran a una movilización nacional en medio de la pandemia.
En ese contexto y con el pedido de Juntos por el Cambio de “retirar” la iniciativa, las comisiones de Asuntos Constitucionales y Justicia y Asuntos Penales de la Cámara alta llevan adelante un plenario donde exponen expertos en la materia. Uno de ellos, fue el exjuez federal Carlos Rozanski, que dio una clase magistral ante legisladores y oyentes.
“Por mi experiencia puedo decir que tenemos una Justicia patriarcal, conservadora, adulto-céntrica, discriminatoria y aristocrática; con esas características, tenemos un Poder Judicial del que descree el 90% de la población y creo que hay conciencia entre los legisladores de lo que significa para una sociedad que el 90% de la ciudadanía descrea de la Justicia”, señaló el miembro fundador del Foro para la Justicia Democrática.
El expresidente del Tribunal Federal n°1 de La Plata fue uno de los asiduos denunciantes de la práctica de lawfare por parte del entonces gobierno de Cambiemos y señaló que ese tipo de hechos constituyeron una versión moderna del terrorismo de Estado de la década del ’70.
“El lawfare transforma ese Plan Cóndor de secuestro, tortura, desaparición y muerte en un sistema de manipulación con cuatro pilares: el poder Ejecutivo comandando, los servicios de inteligencia, los medios hegemónicos de comunicación y el sector más recalcitrante del poder Judicial”, aseguró.
Rozanski apuntó también al cambio de paradigma que propone esta reforma judicial, una de las propuestas de campaña del presidente Fernández y un anunció que reafirmó durante la apertura de las sesiones legislativas el 1ro de marzo, 20 días antes de que estallara la pandemia en Argentina.
“La clave de lo que se está discutiendo es si podemos y si queremos seguir igual. Queremos una Justicia sensible a las necesidades de la gente, acorde al paradigma actual de derechos humanos que está establecida en la Constitución Nacional. La pandemia, es una tragedia de salud pero no constituye un obstáculo para trabajar por una Justicia mejor, mañana siempre va a ser tarde”, afirmó el especialista.
¿Qué motiva a los sectores opositores? Esa es la pregunta que llevó el exjuez ante los senadores presentes y el resto de los expositores. Desde el primer minuto en que el Presidente dijo que enviaría el proyecto al Congreso, la oposición mayoritaria reaccionó y pidió dar un paso atrás con ese impulso.
En ese sentido, marcó que la negación absoluta del sector amarillo tiene que ver con lo que se gana y se pierde con esta reforma, en caso de aprobarse y afirmó que “todo proceso de avance social genera reacciones, este es un proyecto positivo de avance, no siempre hay preparación para enfrentar adecuadamente las reacciones de quienes se ven afectados por estos avances, quienes pierden privilegios”.
“Si el 90% descree de la Justicia, ¿quiénes son y por qué, los que rechazan una modificación que nos puede llevar a tener una Justicia mejor? Plantear una Justicia mejor es una osadía del Presidente ante un sistema que ha tolerado lo peor, no solo en dictadura, sino durante 4 años donde no escuchamos ninguna voz de la Corte Suprema que condenara lo que estaba sucediendo”, disparó Rozanski.
En otro orden, recordó que en el debate por las normativas con más repercusión en cuanto a temáticas judiciales, hubo tres jueces de cinco que conforman la Corte, que votaron a favor del “2×1” para genocidas de la dictadura. A la vez que otros tres que declararon “incostitucional” la cláusula de la ley impulsada por CFK en 2013, que proponía la elección de los consejeros de la Magistratura por el voto popular.
Esta exposición en modalidad plenario fue la quinta y última que tuvo lugar en el Senado desde que se dio entrada al expediente donde pasaron voces a favor y otras díscolas de la iniciativa. Ahora, el Frente de Todos espera poder tener luz verde la semana entrante y que luego pase a Diputados, donde el oficialismo tendrá una parada difícil.
Uno de los puntos en conflicto que marcó la oposición, pero que no se contempla en el proyecto, es la amplitud en la cantidad de jueces de la Corte Suprema de Justicia. Sobre esto, Rozanski dio una mirada personal y esgrimió su intención de contar con un número muy superior de integrantes, pasando de 5 a 21.
“Propongo la necesidad de ampliar los miembros de la Corte Suprema de Justicia, creo que la cifra tiene que ser aumentada, necesitamos una corte de 21 miembros, dividida en salas de 5 con un presidente y que una de las salas sea de Niñez y Adolescencia porque es una deuda de la democracia. No solo tiene que haber una especialización, sino que las provincias tienen que reemplazar el Fuero de familia por el Fuero de niñez y adolescencia”, manifestó.