miércoles, abril 24, 2024

Se negó a declarar el remisero que mató a golpes a una joven estudiante de derecho

El hecho ocurrió el sábado por la mañana, cuando el homicida quiso aprovechar la ocasión para desvalijar a unos clientes.

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Un remisero de La Plata asesinó a una estudiante de derecho, Ayelén Arredondo (23), cuando se encontraba en la casa de sus padres, ubicada en 75 entre 21 y 22, en el barrio de Altos de San Lorenzo, y se negó a declarar.

El crimen ocurrió el sábado por la mañana y generó conmoción en la ciudad, cuando se conoció que el homicida, identificado como Marcelo Saleh (55) era el remisero de los papás de la víctima.

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Según trascendió, los padres de Ayelén habían llamado unas horas antes a Saleh para que los trasladara hasta Florencio Varela, lugar donde planeaban visitar al hermano de la joven, quien se encuentra preso en la Unidad Nº 42.

La familia Arredondo tenía el número personal de Saleh -oriundo de Ensenada– y lo llamaban para hacer viajes, luego de que el hombre trabajara hasta hacía muy poco tiempo en una remisería de la zona, cuando lo despidieron acusado de robar.

En ese marco, y luego del viaje hasta la localidad vecina, el remisero aprovechó que los papás de la joven habían dejado en el vehículo todas las pertenencias que no le permitían ingresar al penal.

Fue ahí que el principal acusado del crimen de Ayelén realizó el recorrido de regreso a La Plata, con la intención de utilizar las llaves de las víctimas para entrar a su domicilio y robarles.

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Luego, alrededor de las 10:00 de la mañana de ese sábado, un vecino vio salir a Saleh de la vivienda de los Arredondo con un bolso en la mano y en actitud sospechosa, por lo que decidió salir a averiguar qué sucedía.

Por este motivo, el vecino se asomó a la ventana de la casa de los Arredondo y allí notó que en el interior de la propiedad estaba el cuerpo de la estudiante, cubierto de sangre.

Tras pedir auxilio a otras personas, el vecino salió rápidamente a buscar al hombre con su camioneta y lo encontró a unas pocas cuadras del lugar, en 24 y 75, mientras huía a pie.

 

Ayelén Arredondo.

Inmediatamente, junto a otros vecinos, detuvieron a Saleh y llamaron al 911. Posteriormente, los efectivos policiales de la ciudad acudieron a la escena y requisaron al sospechoso y la casa.

Luego de interceptar al remisero, las autoridades le descubrieron un botín de $8.000 y una mochila con precintos, guantes y una barreta de hierro. También notaron que tenía rastros de sangre en el rostro y su ropa.

Al ingresar a la casa de los Arredondo, los efectivos hallaron a Ayelén muerta sobre el sillón, frente al televisor encendido. Estaba completamente desfigurada e irreconocible, e iniciaron las pericias para la investigación.

 

 

A la par, los padres de la estudiante asesinada arribaron tiempo después en otro remis, ya que habían quedado a la deriva en Florencio Varela, cuando Saleh los dejó en la puerta del Penal.

Ante este panorama, el remisero fue detenido y posteriormente quedó a disposición de la UFI Nº5, a cargo de Juan Menucci, en el marco de la causa caratulada como "homicidio criminis causa".

Ayelén Arredondo cursaba la carrera de Derecho en la Universidad Nacional de La Plata. Por el crimen, familiares y amigos piden justicia por “Yeye”, como la conocían tanto en el barrio como en la facultad.

 

Qué dijo el vecino que encontró a Ayelén Arredondo

 

Luego del homicidio, el vecino que descubrió el crimen, el dueño de una rotisería llamado Emilio, relató que aquella mañana notó la presencia de un desconocido en la casa, cuando salía de la casa de la víctima.

Cuando se acercaron junto a su mujer, Emilio tocó varias veces el timbre de la casa de los Arredondo, pero no hubo respuesta, salvo por lo que describió como un “suspiro, una respiración de alguien que agonizaba”.

 

 

En ese momento, por la ventana enrejada notaron “un bulto”, una persona sentada en una silla. Pensaron que era la madre de Ayelén, y Emilio gritó su nombre, y creyeron que estaba dormida, cuando su esposa notó que había sangre en el rostro de la víctima.

De inmediato, el comerciante fue hasta su camioneta y salió a buscar al desconocido. Lo encontró: le preguntó qué hizo y el hombre lo evadió. Ahí vio que también tenía sangre en el ojo izquierdo. “Nunca me voy a olvidar la mirada”, destacó Emilio.

 

 

La persecución siguió unos metros más, y el hombre pidió ayuda a empleados de un almacén de la esquina de 76 y 22, con los que arrinconaron a Saleh contra la pared, que aseguraba que era inocente.

Por su parte, Nazarena, vecina y compañera de estudios de Ayelén, afirmó que la joven “era muy buena alumna, muy estudiosa y entusiasmada con la carrera, con mucha cabeza y potencial para ser una muy buena abogada”.

Respecto de los padres de Ayelén, quienes pasaron la noche del sábado en otra casa para evitar estar en el lugar del crimen, Nazarena sostuvo que “no se merecen vivir este drama”.

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