La canasta básica tuvo un incremento del 2,1% en noviembre, por lo que una familia de dos adultos y dos menores necesitó $ 73.918 para no caer debajo de la línea de pobreza, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC).
Asimismo, el relevamiento del INDEC informó que la canasta básica alimentaria (CBA) registró el mes pasado un incremento del 2,6%, lo que determinó que el mismo grupo familiar de cuatro personas necesitó percibir ingresos por $31.724 para no estar por debajo de la línea de indigencia.
De acuerdo a los datos que compartió el organismo de estadística en su informe “Valorización mensual de la canasta básica alimentaria (CBA) y de la canasta básica total (CBT). Gran Buenos Aires”, las variaciones interanuales de la CBA y de la CBT resultaron de 47,1% y 42,8%, respectivamente.
Pese a estos números, la canasta básica registró en noviembre su menor suba en 3 meses, cuando en agosto de este año la canasta básica total aumentó un 1,2%, y la canasta básica alimentaria subió un 0,7%.
Según detalló el informe del INDEC, un hogar de 3 integrantes compuesto por una mujer de 35 años, su hijo de 18 años y su madre de 61 años necesitó un ingreso de $ 25.256 para no caer bajo la línea de indigencia; mientras que necesitó $ 58.847 para no caer debajo de la línea de pobreza.
En tanto, en un hogar de cuatro integrantes, compuesto por un varón de 35 años, una mujer de 31 años, un hijo de 6 años y una hija de 8 años, estos necesitaron un ingreso de $73.918 para cubrir la canasta básica total, y de $ 31.724 para cubrir la canasta básica alimentaria.
Por último, un hogar de cinco integrantes, constituido por un varón y una mujer, ambos de 30 años, y tres hijos de 5, 3 y 1 año, necesitó un ingreso mensual de $77.745 para cubrir las necesidades de la canasta básica total; mientras que para no caer debajo de la línea de indigencia, ese grupo familiar necesitó un ingreso de $33.367.
Cabe destacar, que la metodología que realiza el INDEC para calcular la canasta básica alimentaria (CBA) se determinó tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades.
