miércoles, abril 24, 2024

Una década de impunidad: la Justicia todavía no esclareció como murió Luciano Arruga

A diez años del día en que su familia lo vio por última vez y a más de cuatro que se hallara su cuerpo, la muerte del joven que se negó a robar para la policía no tiene culpables.

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Como lo fueron el doble crimen de Ingeniero Budge o la muerte de Walter Bulacio en una comisaría, la desaparición de Luciano Arruga es un triste ejemplo de la suerte que corren los miles de casos de violencia institucional ocurridos en democracia.

El joven de 16 años que se negó a robar para policías del Destacamento de Lomas del Mirador, partido de La Matanza, donde vivía con su madre y su hermana, desapareció hace diez años, el 31 de enero de 2009.

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Una pesquisa judicial rodeada de irregularidades hizo que el enigma del paradero de Luciano se develara recién el 17 de octubre de 2014, cuando hallaron el cuerpo enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita.

En su momento, se dijo que su muerte se debió “a un accidente” porque fue atropellado por un auto en la General Paz, en el cruce con Emilio Castro. La pregunta que todavía no respondió la Justicia es de quién escapaba el joven esa noche.

La causa sigue en la etapa de instrucción y no se establecieron las circunstancias ni de la desaparición ni de la muerte, de la que pensamos que fueron responsables los policías, pero también los actores judiciales y políticos”, dijo Vanesa Orieta, su hermana.

Mónica Raquel Alegre, su madre, recordó que ese domingo 1º de febrero de 2009, recorrieron tres hospitales y un médico del Santojann, les dijo que “el único NN era un hombre de unos 35 años que al final (en 2014) era el del negrito”.

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Los jueces federales de los tribunales de Morón siguen interrogando a los amigos de Luciano, siguen sospechando de nosotros, de nuestra familia, pero no llaman a los médicos”, cuestionó Alegre.

A diez años de lucha y reclamos ante la Justicia siguen sin tener respuesta. “Queremos que nos digan la verdad, que se condene a los culpables, que citen a los médicos del Santojanni y que revisen los archivos del hospital”, pidió su madre.

La muerte se produjo en la noche del 1º de febrero de 2009, un día después de su desaparición, en circunstancias que siguen sin haber sido esclarecidas. Luciano fue visto por última vez por su familia en la tarde del 31 de enero de ese año.

Luciano sufría acoso policial porque los agentes querían obligarlo a robar para ellos. En septiembre de 2008, Luciano fue detenido y golpeado en el Destacamento Policial de Lomas del Mirador, acusado falsamente de robar un reproductor mp3.

Cuando fueron a buscarlo a ese lugar, la madre y la hermana escucharon los gritos desesperados del joven pidiendo que lo sacaran de allí porque “lo estaban cagando a palos”.

Esa vez estuvo detenido durante varias horas. En un juicio que se hizo en mayo de 2015, el Tribunal Oral 3 de La Matanza condenó a diez años de prisión, por torturar a Luciano, al policía bonaerense Julio Diego Torales.

La aparición del cuerpo de Arruga en el 2014, en lugar de cerrar el caso le agregó más elementos de reproche a una Justicia que nunca investigó a fondo. “Si no se empieza a condenar y sentar precedentes se genera un estado de impunidad”, dijo Orieta.

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