Desde el círculo más cercano de Mauricio Macri insisten una y otra vez en la decisión de hundir el “Plan V”, definición que a esta altura no tiene vuelta atrás, y en empujar a María Eugenia Vidal al abismo electoral.
La tautología se reforzó con los informes de los focus group del sociólogo español Roberto Zapata, socio de Jaime Durán Barba, que endulzaron los oídos del vapuleado primer mandatario.
Según trascendió, si bien las conclusiones plantearon un cuadro de “gran desencanto que puede costar mucho recuperar”, también indicaron que “no es imposible” el remonte. Es la mejor música para un dirigente ensordecido.
“El candidato es Macri: nunca estuvo en duda“, dijeron envalentonados desde Casa Rosada al matutino porteño oficial. La semana pasada había sido Macri, Marcos Peña y Rogelio Frigerio quienes habían sido los encargados de dejarlo claro.
De todas maneras, la ingeniería del Plan V tuvo su punto de no retorno en mayo del año pasado, cuando la crisis económica entro en su fase terminal. Ahora, ¿Qué podría decir Vidal para persuadir de que no es lo mismo que Macri?
El problema para el vidalismo es que en todos los contextos el Presidente, según los números que se manejan en despachos oficialistas, encarna un ancla de entre 5 y 10 puntos para los intendentes amarillos y la propia Vidal.
Este escenario se terminará de consolidar en las próximas semanas y marcará una decisión drástica con la que tientan a la mandataria bonaerense, quien ostenta el capital de ser la dirigente con cargo con mejor imagen.
De acuerdo a las conjeturas que tejen con mucha afonía en calle 12 si los empujones hacia el precipicio se acentúan, Vidal y su jefe político Horacio Rodríguez Larreta podrían romper con Macri antes de las elecciones.
Al interior de Cambiemos este escenario viene siendo advertido en la fuerte interna que atraviesan Macri, Vidal y Larreta por este tema, sumado al caso Marcelo D’Alessio y el comisario de La Bonaerense muerto.
¿Estaría dispuesta Vidal a tirar por la borda su capital político e irse a la casa? Difícilmente la respuesta de cualquier analista sea afirmativa. El dilema central es que la Gobernadora aún no cuenta con el poder suficiente para despegarse.
Esa empresa ya muestra a socios políticos de Cambiemos, fundamentalmente al radicalismo pero también algunos sectores del peronismo, muy activos y entusiasmados.
La escena además estará atada a un posible desmadre irreversible de la economía o a una sucesión de escenas desgraciadas como la de Avellaneda, con encarnizadas guerras internas de por medio.
