Por primera vez en 13 años, una jefa del Fondo Monetario Internacional pisará suelo argentino. La última vez que paso algo semejante fue en El 23 de setiembre del 2004 con la visita del español Rodrigo Rato.
Luego, el por entonces presidente Néstor Kirchner, canceló en enero del 2006 la deuda de 9.500 millones de dólares que el país mantenía con el organismo, para evitar los monitoreos anuales de la economía.
Pero eso quedó en el pasado. Hoy la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, llegará al país con una agenda que incluye un cara a cara con el presidente Mauricio Macri y presidentes de los Bancos Centrales de los países del G20.
La presencia de Lagarde genera expectativa en los mercados ya que, según así lo manifestó el propio Gobierno en varias oportunidades, Macri no descarta volver a endeudarse con el FMI. Los argumentos son que sería una deuda a tasas más bajas que las que debe pagar lo colocación de sus bonos en dólares y también porque “es más fácil refinanciar las deudas con los organismos financieros internacionales”.
Esta posibilidad se volvió a abrir en 2016 cuando la economía del país volvió a ser monitoreada por los técnicos de ese organismo que una vez por año hace una exhaustiva revisión.