(*) Por Julieta Quintero Chasman
Cada 2 de abril, La Plata revive una herida profunda. La inundación del 2013 no solo dejó 89 víctimas fatales y pérdidas materiales incalculables: dejó al descubierto la fragilidad de una ciudad frente a fenómenos extremos. Y, sobre todo, la urgencia de tomar decisiones que anticipen, en lugar de lamentar.
Desde entonces, se han realizado obras de envergadura. Algunas visibles, otras subterráneas, todas necesarias. Pero en estos doce años también cambió algo más: el mundo avanzó tecnológicamente. Y es ahí donde creemos que aún falta dar un paso fundamental.
La política todavía no ha interpretado del todo las herramientas que la tecnología pone hoy al servicio de la prevención. Seguimos discutiendo sobre obras, claro que imprescindibles, pero sin incorporar del todo un nuevo enfoque: el de los datos, la inteligencia artificial y los sistemas de alerta temprana.
Por eso presentamos un proyecto que propone la creación del Sistema de Alerta de Emergencias Climatológicas (SAEC) en la provincia de Buenos Aires. Un sistema basado en IA, sensores y análisis en tiempo real, que permita anticipar fenómenos meteorológicos extremos y emitir alertas automáticas a los teléfonos celulares de quienes viven en las zonas en riesgo.
La inteligencia artificial puede detectar patrones que el ojo humano no ve, analizar información en tiempo real y activar mecanismos de respuesta más rápidos y eficaces. Esto no reemplaza las obras ni al personal capacitado: lo potencia.
Decidir a tiempo es comprender que la prevención también se construye con innovación. Que ya no se trata solo de responder a lo que pasó, sino de anticiparse a lo que puede pasar.
El futuro no se promete. El futuro se construye. Y cuando se trata de cuidar vidas, no podemos darnos el lujo de esperar.
(*) La autora de esta nota es diputada bonaerense por Octava sección electoral, oriunda de La Plata.
