Ante la polémica que generó las palabras del candidato a canciller de Estados Unidos en Argentina, Peter Lamelas, el gobierno de Javier Milei decidió tomar distancia del funcionario de Donald Trump ante el miedo de los gobernadores de perder convenios estratégicos con China.
Si bien la Cancillería nacional optó por el silencio, la administración libertaria busca amortiguar el impacto de los dichos de Lamelas y preservar una relación privilegiada con Washington, sin poner en riesgo el vínculo comercial con Beijing. En ese contexto, los gobernadores de Santa Cruz, Neuquén, Jujuy y Catamarca —provincias con una alta concentración de inversiones chinas— siguen de cerca la evolución del conflicto diplomático.
Vale recordar que, durante su exposición ante el Senado estadounidense esta semana, Lamelas adelantó que si se concreta su designación como embajador en nuestro país, “viajaré a todas las provincias para tener una verdadera asociación con esos gobernadores y asegurarnos de eliminar la corrupción”. Sin embargo, sus dichos fueron interpretados como una señal de desconfianza hacia la injerencia china en sectores clave de la economía nacional, especialmente en el norte del país y en la Patagonia.
En ese marco, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, sostiene conversaciones periódicas con el embajador chino Wang Wei, con el objetivo de contener el impacto de las declaraciones y enviar señales de distensión. No obstante, la respuesta de la Embajada de China en Buenos Aires fue inmediata y contundente.
A través de un comunicado inusualmente severo, el gobierno de Xi Jinping calificó las expresiones de Lamelas como “plagadas de prejuicios ideológicos y de mentalidad de Guerra Fría basada en el juego de suma cero”. Además, las autoridades chinas defendieron sus lazos con las provincias argentinas bajo principios de “respeto mutuo, trato en pie de igualdad, beneficio mutuo y ganancia compartida”, y remarcaron que no buscan “esferas de influencia ni intereses geopolíticos”.

En tanto, los pronunciamiento del embajador designado se producen en un momento de especial sensibilidad para la relación bilateral, cuando el Gobierno argentino intenta reencauzar el vínculo con China tras varios meses de enfriamiento. En ese marco, el oficialismo anunció un acuerdo con la empresa Gezhouba para retomar la construcción de la represa Jorge Cepernic en Santa Cruz.
Desde la Casa Rosada, una fuente del Ejecutivo buscó bajar el tono al conflicto y afirmó que “no es un problema tan grande, se puede manejar”. No obstante, en privado, funcionarios del entorno presidencial reconocen la necesidad de mantener abiertas las vías de diálogo con Beijing, mientras el Gobierno chino aguarda una respuesta formal a la invitación dirigida a Karina Milei para asistir a la Expo/Impo de Shanghai, prevista entre el 1 y el 5 de noviembre.
Por otra parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores que conduce Gerardo Werthein avanza con las negociaciones de un acuerdo arancelario con Estados Unidos. Según declaró el vocero presidencial Manuel Adorni, “el acuerdo sigue a paso firme y va a llegar a buen término”, aunque evitó dar precisiones sobre los plazos o los términos de la firma. Por el momento, la prioridad diplomática continúa enfocada en reforzar su alianza con Washington y consolidar su relación estratégica con Israel, por encima de otros vínculos bilaterales.
Adorni se desligó de las críticas a Lamelas: “Es su opinión”
El Gobierno nacional decidió tomar distancia de la polémica generada por Peter Lamelas, posible embajador de Estados Unidos en Argentina, luego de sus declaraciones sobre la política interna del país. Mientras tanto, sectores de la oposición comenzaron a solicitar que se declare al diplomático “persona no grata” y que se reevalúe su eventual designación como representante estadounidense.


Durante una de sus conferencias de prensa habituales, el vocero presidencial Manuel Adorni sintetizó la postura oficial de la Casa Rosada. “No tenemos nada para decir, es su opinión y en tal caso tendrán que preguntarle a él”, afirmó. Además, el portavoz oficial recordó que Lamelas todavía no ocupa formalmente el cargo, por lo que “no se puede aseverar si se entromete o no en la política interna”.
De esta manera, el Ejecutivo evitó adoptar una posición clara frente a las expresiones del funcionario norteamericano, quien durante una audiencia ante el Congreso de Estados Unidos formuló varias afirmaciones sobre la situación política y económica argentina. En ese marco, Lamelas sostuvo que “el problema con Argentina” radica en que “hay 23 provincias y cada una de ellas tiene su propio gobierno”. Según su interpretación, “cada una de ellas podría negociar con fuerzas externas, con los chinos u otros, para que lleguen y hagan proyectos en esa provincia en particular”.
Con un tono intervencionista, el postulante a embajador de Trump explicó que, en caso de concretarse su llegada al país, uno de sus roles sería viajar a todas las provincias y establecer una “verdadera asociación” con los gobernadores para mantener fuera del continente a países autoritarios como Cuba, Venezuela, Nicaragua, China e Irán.