A partir de los cambios instrumentados por el Gobierno el último jueves, solo las personas que no hayan acumulado 30 años de aportes previsionales al llegar a los 65 años de edad podrán acceder a la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM).
Así lo establece un anexo del decreto 110/18 publicado en el Boletín Oficial que reglamenta artículos de la ley de movilidad previsional aprobada en diciembre por el Congreso Nacional y de la ley que creó ese pago social en 2016.
La PUAM es una prestación mensual otorgada por la Anses, que equivale al 80% del haber jubilatorio mínimo y a la que se puede acceder sin tener aportes. Actualmente tiene un valor de $5797,3 y el mes próximo subirá a $6127,8, por la suba de 5,7% que surge de la actualización fórmula de movilidad trimestral.
La ley que creó esta prestación, dispuso como requisitos para el acceso tener 65 años y no cobrar jubilación, seguro de desempleo ni ingreso no contributivo alguno. Así, cualquier persona, al cumplir la edad dispuesta, podría tramitar la prestación y si se trataba de alguien que ya tenía cumplidos los requisitos para jubilarse, podía demorar el cobro de su haber contributivo.
Ahora, a partir del decreto firmado por el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, se extiende la incompatibilidad para cobrar la PUAM a los casos en los cuales “la persona tenga derecho en forma simultánea a una jubilación, pensión o retiro, de carácter contributivo o no contributivo, incluso los beneficios que otorgan las Cajas o Institutos provinciales o municipales, no transferidos al Estado Nacional y las Cajas de Profesionales”.
Además, se dispuso que para quienes cobren la PUAM y trabajen a la vez, ese tiempo de servicio se contará “exclusivamente” para cumplir con el requisito de los 30 años de aportes requerido, pero no para el cálculo del haber.
Los pagos de la PUAM se están dando de alta ya desde octubre de 2016 y, según la última estadística oficial publicada, a septiembre de 2017 había 52.283 beneficiarios.