El intendente de Pergamino Javier Martínez logró que el Concejo Deliberante apruebe un incremento de tasas promedio del 76% e inspiró a Adolfo “Vasco” Zabalza, un escritor de 83 años que le dedicó una poesía por el “aumento insultante” que le llegó al domicilio.
El poeta es un famoso escritor de la ciudad que se tomó muy irónicamente el incremento de impuestos municipales que aprobó el Concejo Deliberante en diciembre para el Ejercicio 2020. Entre las subas más fuertes, aparece una de hasta el 120% en el alumbrado público para algunos barrios.
Zabalza fue reconocido “Pergaminense Sobresaliente” en octubre de 2019 por el cuerpo deliberativo de la ciudad por su trayectoria como poeta, en la que se destaca su participación en la revista Diafanís, donde deleitó a los lectores con versos sobre el folklore argentino y la vida gauchesca en el norte bonaerense.
En diálogo con Primera Plana, el escritor confesó que recibió las boletas municipales y se inspiró para escribir los versos. “No lo hago para joder a Martínez y no me interesa tanto que le llegue a sus manos o lo lea”, agregó.
También dijo que escribe “con el léxico de la calle” y de la misma manera con la que habla con sus amigos. “Eso me trajo muchas satisfacciones, a tal punto que gané premios y me reconocieron en Argentina y cinco países más”, añadió.
Lo que escribió el Vasco Zabalza:
Concejo Deliberante,
Intendente Don Martínez,
dejénme que me persigne
por este aumento insultante,
porcentajes agraviantes
estoy viendo en las facturas,
me parece una locura
y lo digo con respeto
ni siquiera el más honesto
aplaude vuestra postura.
Las calles no brillan tanto
ni se poda con criterio,
por eso no veo serio
este aumento, les soy franco,
las luces son un espanto,
mortecinas y amarillas,
alumbran como colillas
de cigarro que se apaga,
y el agua en verano amaga
salir de alguna canilla.
No respondo a palo alguno
políticamente hablando,
ni me interesa que bando,
es más fuerte que ninguno,
grito solo pues presumo
que a muchos no les importa,
ser bocado de una torta
que no pueden saborear,
ni tampoco degustar
pues la come el que la corta