En las últimas horas, la vicepresidenta de la Nación y principal armadora de Unión por la Patria, Cristina Kirchner, se despidió de los trabajadores del Senado y anunció su vuelta a las oficinas del Instituto Patria, la trinchera de la resistencia peronista que se fundó en 2016 al calor del primer año de gestión de Mauricio Macri y que volverá a cumplir ese rol en el Gobierno de Javier Milei.
“No me voy a ningún lado, ya saben donde encontrarme. Voy a estar acá, cerquita, a dos cuadras en el Instituto Patria”, dijo Cristina Kirchner en su despedida, en un discurso que tuvo un alto contenido simbólico, ya que la vicepresidenta descartó que se fuera a retirar de la política argentina a partir del domingo, cuando Milei finalmente asuma el mando del país.
Cabe mencionar que, el Instituto Patria recibió entre 2016 y 2019 a dirigentes de todas las jerarquías, desde gobernadores, intendentes, legisladores, concejales hasta dirigentes sociales y sindicales, al tiempo que ofició de base de poder y centro de negociaciones del peronismo línea kirchnerista durante su consolidación como oposición.
Ahora, no hay indicadores que marquen que el Instituto Patria no vuelva a convertirse en el espacio de resistencia y reunión del peronismo, aunque en esta oportunidad, el liderazgo de Cristina Kirchner se correrá del centro de la escena para darle paso a nuevos cuadros que abarquen la representación de un sector más amplio de la sociedad.
“Cristina Kirchner va a seguir militando en el peronismo y lo hará desde el Instituto Patria. Es un lugar de referencia para un montón de dirigentes, tuvo actividad política todo este tiempo, pero ahora tendrá más relevancia porque ella va a estar ahí”, indicaron desde el entorno de la Vicepresidenta a la prensa.
En tanto, muchos dirigentes que frecuentaron a Cristina Kirchner a lo largo de este año, salieron del Senado con la idea de que ella ya no ocupará el centro de la escena política del peronismo, que no tiene intenciones de volver a ser funcionaria, y que el objetivo principal ahora es darle lugar a nuevos líderes en pos de que el peronismo diversifique su representación.
En este sentido, muchos dirigentes sostienen que la conducción de Cristina Kirchner se acotó en los últimos años al núcleo duro del kirchnerismo y sus sindicatos afines, mientras que en las urnas la vicepresidenta perdió la representación de más del 54% que supo conseguir en el 2011, cuando fue reelecta en primera vuelta.
Sin embargo, Cristina Kirchner sigue siendo la principal líder política del peronismo, y jugará un papel fundamental en la discusión política que ya se abrió en las arterias de Unión por la Patria que empezará a tomar mayor velocidad a medida que transcurra el gobierno libertario y se hagan efectivas las primeras medidas económicas del presidente electo.
En este escenario, un puñado de dirigentes del peronismo temen no solo por la reconfiguración del espacio de Unión por la Patria, sino también por la poca predisposición que existe por parte de los líderes políticos de tomar el bastón de mariscal incluso con Cristina Kirchner al lado acompañando el proceso de transición.
De todas maneras, el primero en la lista para suceder a Cristina Kirchner es Axel Kicillof, que desde la gobernación de la provincia de Buenos Aires supo construir la representación que los bonaerenses necesitaban luego de la gestión de María Eugenia Vidal, y al mismo tiempo, armarse de políticas públicas que lo apañen.
Por último, Sergio Massa se convirtió en la gran incógnita del peronismo. Cómo y cuándo volverá a formar parte del círculo chico del partido son dos preguntas que aún nadie logra responder. Su discurso post derrota electoral ofició de gran despedida de la política aspiracional, aunque poco tiempo después él mismo aclaró que no retirará por completo, sino que participará activamente desde la Fundación Encuentro, que es su Instituto Patria.