viernes, abril 19, 2024

El “prontuario” de Victoria Tolosa Paz, la candidata de Alberto Fernández

El dirigente del Partido Obrero y excandidato a gobernador bonaerense, Daniel Rapanelli, analiza la postulación de la concejal platense. Además, el acuerdo de Kicillof con los bonistas.

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Por Daniel Rapanelli (*)

A tres días del cierre de las listas, Kicillof anunció el acuerdo para reestructurar el 70% de los bonos de deuda bajo tenencia extranjera, después de veinte ofertas fallidas. El gobierno dice “confiar” en que el Grupo Ad Hoc retire la demanda judicial en los tribunales de Nueva York, y que otros bonistas, que no son parte del canje, se sumen próximamente. Kicillof tiró la toalla pero no termina de despejar por completo la amenaza de default.

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El cierre de listas y el canje de la deuda externa están íntimamente ligados, aunque la crisis abierta con la nominación de la albertista Victoria Tolosa Paz como primera diputada nacional por la provincia de Buenos Aires ocupe el centro de atención. Como señalamos en Prensa Obrera, el kirchnerismo viene de fracasar en su intento por ungir un candidato propio en el Congreso del PJ bonaerense. La postergación a la espera de “una lista de unidad” fue la señal de largada para todo tipo de zancadillas con el propósito de frenar el avance de Máximo Kirchner y La Cámpora en territorio bonaerense.

Algunos medios adelantan una segunda tirada de toalla aceptando la candidatura de Victoria Tolosa Paz y negociando como premio consuelo un segundo lugar para Daniel Gollán, el ministro de Salud de Kicillof. De confirmarse, el kirchnerismo habría sufrido un retroceso estratégico en su propio territorio y de cara al 2023.

 

El fantasma de las Paso

 

Como ocurre con el “acuerdo de confidencialidad” con los bonistas, la disputa por la cabeza del Frente de Todos en la provincia tendrá capítulos sucesivos. Por lo pronto Alberto Fernández se metió de lleno en la interna del peronismo provincial confirmando que el bonapartismo compartido del PJ- Kirchnerismo puede terminar dividiendo al peronismo. No es un dato menor que Máximo tenga que esperar hasta diciembre para asumir efectivamente la presidencia del peronismo bonaerense, ni tampoco que haya sido incapaz de torcer la impugnación judicial del intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, en connivencia con su aliado Gustavo Menéndez, jefe comunal de Merlo y actual presidente del PJ provincial.

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De no prosperar las concesiones y compensaciones mutuas, puede haber competencia entre la candidata de Alberto Fernández, Victoria Tolosa Paz , apoyada por un sector del PJ y los intendentes que tienen llegada directa al presidente, y un candidato apuntalado por el kirchnerismo, sea Insaurralde o Sergio Berni. Un bochorno, después de que el Frente de Todos se jactara de la unidad del peronismo que no tiene “Juntos” embarcado en una interna entre Manes y Santilli. Quienes califican la nominación de Victoria Tolosa Paz, alfil de Alberto Fernández, como un mero impasse por el rechazo de Cristina, Kicillof y Máximo a una virtual “intervención” del gobierno nacional, están minimizando una crisis mayúscula. El Frente de Todos, al igual que el Pro con los pases de Santilli a provincia y de Vidal a Capital para desbancarlo a Macri, adelantó su disputa interna por la sucesión presidencial, cuando las encuestas advierten sobre un final incierto en la provincia de Buenos Aires o un recortado triunfo a lo Pirro.

La candidatura de Tolosa Paz pega en la línea de flotación del kirchnerismo que tiene resuelto “provincializar” la campaña electoral diferenciándose del gobierno nacional. No podrá hacerlo si encabeza la candidata de Alberto. Esta es la función de desgaste que cumple regularmente Sergio Berni, ministro de “Seguridad” de Kicillof y jefe de la Bonaerense, quien no pierde oportunidad para acentuar la “tibieza” y “falta de peronismo” del presidente y sus ministros. Sea como realidad o como apriete, Berni -quien no da un solo paso sin consultar con su jefa Cristina Kirchner- volvió al ruedo con su candidatura pidiendo una “gran paso del peronismo ”.

 

El FMI aprieta y ahorca

 

Como dijimos, el FMI apuró a Alberto Fernández para que dé pronta solución a los “incumplimientos” de pago a los bonistas, lo mismo hizo Martín Guzmán con Kicillof a quien acusó de torpedear el acuerdo con el Fondo. En este contexto se inscribe la candidatura de la amiga íntima del presidente, y el apresuramiento de Kicillof y su ministro de Hacienda y Finanzas, Pablo López, por anunciar el canje parcial como señal a toda la clase capitalista.

Si bien todavía no se conoce la letra fina de la “reestructuración” de deuda bien valen los antecedentes. Durante más de un año, el Comité de “acreedores” rechazó todas las ofertas y “mejoras” concedidas por el gobierno provincial, incluida la eliminación de toda quita de capital, la suba del precio de los cupones y beneficios que totalizan 1.800 millones de dólares extras por sobre la oferta inicial. Junto al rechazo, los buitres metieron presión lucrando con la extra territorialidad de las demandas judiciales convalidada, primero, por María Eugenia Vidal y ahora por el “nacional y popular” Kicillof. Por detrás del comunicado público del gobierno están las presiones de los “acreedores” para que el gobierno haga un desembolso “a cuenta” y a corto plazo.

 

 

Que Kicillof haga este anuncio en las vísperas del cierre de listas confirma que todos los “candidateables” del Frente de Todos quieren sacarse de encima la papa caliente del default como condición para la campaña electoral. Para disimular la entregada, el kirchnerismo retomó el verso de la “deuda sustentable”, que la provincia puede pagar. No hay tal sustentabilidad sino una provincia que es un polvorín por la catástrofe social y sanitaria, y el 50% de pobreza en el conurbano donde sólo uno de cada cuatro niños come con regularidad. ¿Lluvia de vacunas? Sobre casi 18 millones de bonaerenses, sólo dos millones tienen el esquema vacunatorio completo, como Larreta, y a pesar de la amenaza de una tercera ola, Kicillof pasó a fase cuatro a los municipios del Amba por presión de los capitalistas.

A fuerza de querer alinear la “reestructuración” de la deuda provincial con las negociaciones con el Fondo Monetario, el gobernador Kicillof se cavó su propia fosa. El FMI “amigable” también se metió en la campaña electoral para asegurarse que Kicillof pague y no se mueva un centímetro del plan de ajuste y reducción del déficit fiscal, que exigen los “acreedores”.

 

Candidatos del ajuste

 

De la “mesa chica de los lunes”, donde el peronismo se saca los ojos por la lapicera electoral, participan el gobernador Kicillof, Máximo Kirchner, Sergio Massa, Gabriel Katopodis, el Cuervo Larroque, Wado de Pedro y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, como delegado personal del presidente. El globo de ensayo tirado por el propio kirchnerismo para que Cafiero “baje” a la provincia de Buenos Aires como candidato es un dardo envenenado contra Alberto Fernández para vaciarle la jefatura de Gabinete.

En un acto reciente, Axel Kicillof dijo que el Frente de Todos incluye distintas “miradas” que deben contenerse en las listas; un eufemismo que esconde la disputa estratégica por la cabeza de la lista. Está por verse si, a pesar de su integración al gobierno, los burócratas de las dos CTA´s no terminan siendo la variable de ajuste de la rosca. Los Baradel de Suteba y los De Isasi de ATE se esmeraron en entregar las paritarias, defienden la extensión de la jornada laboral para los empleados públicos y patrocinan la reconversión del Astillero Río Santiago en una “sociedad anónima o de estado” sujeta a la injerencia del capital privado.

En la nómina de precandidatos del kirchnerismo está anotado Insaurralde, el resbaladizo intendente de Lomas de Zamora, quien sería el preferido de Máximo Kirchner. Martín Insaurralde fue y vino del kircherismo varias veces, estuvo con la vereda del medio de Sergio Massa y quiso formar una liga de intendentes dialoguistas con María Eugenia Vidal, que lo puso al límite de un entendimiento con el macrismo. Un barrilete a la carta y según sople el viento. La alianza de La Cámpora con el “moderado” Insaurralde es la confesión explícita del conservadurismo de una “juventud” formada desde arriba, con los recursos del Estado y embarcada en todo tipo de enjuagues.

La demagogia “anti FMI” de Máximo fue pura pose de temporada y ahora tendrá que defender la capitulación de Kicillof ante los bonistas. Párrafo aparte, es significativo que los tenedores de la deuda provincial invoquen el pago de “buena voluntad” al Club de París para exigir “igualdad de condiciones”. También lo es que el albertista Martín Guzmán, abanderado del ajuste fondomonetarista, le “recuerde” a Kicillof haber aceptado el pago de tasas de usura en el 2014 cuando firmó, como ministro de Economía de Cristina, el acuerdo con los países miembros del Club de París. Ninguno de los que hundieron al país y la provincia resiste un archivo.

 

Prontuario de Victoria Tolosa Paz

 

La crisis con Victoria Tolosa Paz terminó con el verso de la candidatura de “síntesis”. Tolosa Paz es, desde la asunción de Alberto Fernández, la titular del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, un organismo a medida de la rosca con los gobernadores, intendentes y expiqueteros reconvertidos en funcionarios. El ascenso de “Victoria” fue meteórico a pesar de haber sido derrotada por la camporista Saintout en la interna del Frente de Todos de La Plata en el 2019. Fue Alberto Fernández quien la rescató, obviando los oscuros negocios de familia de los Tolosa Paz y de su marido, el empresario “nacional y popular” Pepe Albistur, propietario del piso de Puerto Madero donde se instaló el presidente.

La candidata de “políticas sociales” justificó la eliminación del IFE miserable de 10.000 pesos, pagados cada dos meses; una de las exigencias del Fondo Monetario para reducir el déficit fiscal a costa de los trabajadores. En plena polémica por el “impuesto a las grandes fortunas”, Tolosa Paz reivindicó el proyecto del gobierno porque “no grava al capital que mueve trabajo”. Sabedora de lo que habla y de las maniobras capitalistas para evadir la declaración de bienes, porque “Victoria” omitió en su declaración jurada como concejal de La Plata una mansión valuada dos atrás en 35 millones de pesos. Hasta hace poco tiempo desconocida, la ahora “mediática” Tolosa Paz recorre los canales de televisión “coucheada” por su esposo Albistur, quien hizo fortunas con todos los gobiernos peronistas y el macrismo.

 

 

Presidenta de su propia empresa de construcción, Tolosa Paz es además accionista de varias empresas radicadas en el país y en el extranjero como “sociedades de responsabilidad limita”. “Pepe” fue secretario de medios de Néstor Kirchner y tuvo que dejar la “función pública” corrido por varias causas penales y acusaciones de favorecer los negocios de la familia. Antes fue publicista del “salariazo” de Menem y trabajó también con Carlos Grosso, exgerente de Socma del grupo Macri y exintendente menemista de la Capital. Un todo terreno asociado ahora al gobierno de Alberto Fernández. Mientras Berni saca chapa de represor con el desalojo de Guernica y Martín Insaurralde hace lo propio arrasando las casas en el barrio del Camino de la Ribera de Lomas de Zamora, Tolosa Paz es una representante directa de la especulación inmobiliaria en una provincia que tiene un déficit de más de un millón de viviendas, y en La Plata donde reside la capital provincial de los asentamientos precarios.

Los Tolosa Paz están emparentados con Alberto Dacal (H), un poderoso empresario que domina el mercado inmobiliario en la capital bonaerense. Varios familiares de Tolosa Paz integran el directorio de la empresa a sabiendas de que Alberto Dacal fue uno de los principales lobistas de la reforma del Código de Ordenamiento Urbano (COU), aprobada por el Concejo Deliberante de La Plata en el 2010, en medio de acusaciones de coimas para favorecer la construcción de edificios de altura a pesar de que la ciudad no estaba preparada ni tenía la red de desagües y servicios públicos necesarios. La trágica inundación del 2013, con más de 80 platenses muertos, siempre estuvo asociada a estos negociados inmobiliarios entre la intendencia de Bruera y Dacal.

 

Frente de Izquierda Unidad

 

La presentación del Frente de Izquierda Unidad en la provincia de Buenos Aires concentra la oposición de izquierda y desde los trabajadores al ajuste “nacional y popular” de Kicillof. Es decir que es un polo de independencia de clase frente a todo el peronismo y de una oposición de derecha “Juntos” que va a internas después de haber pactado con Kicillof todas las leyes principales, el presupuesto de ajuste 2021 votado por unanimidad en la Legislatura con la sola excepción de la banca del FIT-U y de apurar al gobernador para que cierre con los bonistas.

Si Kicillof zafa temporalmente de la declaración del default bonaerense tendrá que vérselas con las consecuencias explosivas de un pacto leonino y de mayor ajuste contra la población trabajadora en plena campaña electoral. Para el Partido Obrero en el Frente de Izquierda Unidad, la agitación por el no pago de la usuraria y fraudulenta deuda externa nacional y provincial, y la ruptura con el FMI, son el punto de partida de un programa de los trabajadores y de reconstrucción de la provincia de Buenos Aires sobre nuevas bases sociales.

Contra los candidatos del ajuste, luchamos y defendemos las reivindicaciones urgentes por aumento de salarios y jubilaciones igual al costo de la canasta familiar, por el seguro al desocupado, contra la reforma y precarización laboral, y por un impuesto extraordinario a los grandes capitalistas para financiar el aumento del presupuesto para la salud pública, las obras en las escuelas, y un plan de viviendas y urbanización de los barrios bajo control de los trabajadores. La campaña electoral será una tribuna de estos reclamos y de las luchas obreras.

 

(*) El autor es dirigente del Partido Obrero.

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