Según el relevamiento semanal de la consultora Analytica, la inflación en alimentos y bebidas durante enero se estimó en un 2,3%, con una aceleración de 0,4% en la quinta semana del mes, lo que marcó una desaceleración respecto a diciembre, que cerró con un 2,7%, pero todavía refleja un aumento significativo en varias categorías.
De acuerdo a los índices publicados por Analytica, la quinta semana de enero los precios de alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires (GBA) registraron una suba del 0,4%, lo que resultó en un promedio de 1,7% para las últimas cuatro semanas.
De esta manera, la consultora proyectó una inflación mensual del 2,3% para el primer mes del año y destacó un fuerte incremento en ciertos productos como pescados y mariscos (3,4%), frutas (3,1%) y aceites, grasas y manteca (2,5%).
En contraposición, los productos con menor aumento fueron pan y cereales (1,5%) y otros alimentos, como snacks y salsas (1,4%). Por su parte, las verduras registraron una leve caída de 0,1% lo que colaboró con la desaceleración.


Por su parte, otras consultoras privadas realizaron sus propias estimaciones para la inflación de enero. La Fundación Libertad & Progreso proyectó un 2%, lo que representaría una desaceleración en comparación con diciembre, mientras que la consultora Equilibria estimó un 2,1%, destacando que la suba de los precios de la carne en diciembre había tenido un fuerte impacto, y que en enero la inflación de los alimentos y bebidas no estacionales había disminuido.
El análisis de los precios realizado por estas consultoras también reveló que el impacto de la eliminación del impuesto PAIS fue un factor que contribuyó a una menor suba de precios en bienes, además de que se observó una desaceleración general en la inflación de enero.
Según algunos informes, el tipo de cambio más bajo, implementado por el gobierno de Javier Milei para frenar la inflación, favoreció la desaceleración de los precios de los bienes no alimentarios, mientras que los productos estacionales, como las verduras, registraron bajas.
Dentro de las consultoras que estimaron una inflación mensual más baja se encuentra C&T Asesores Económicos, que proyectó un 2% para enero, el valor más bajo para este mes desde 2018. En ese sentido, las mediciones reflejan que en las últimas dos semanas se observó una desaceleración en los precios de alimentos y bebidas. Sin embargo, el componente de Turismo fue el principal impulsor de la suba de precios, debido al efecto de las vacaciones.
Inflación: el índice de enero podría ser el más bajo desde 2020
En términos generales, las estimaciones para enero muestran que, aunque la inflación sigue siendo alta, el ritmo de aumentos ha disminuido comparado con el mes anterior. Esto ha generado expectativas positivas por parte del Gobierno nacional que anticipan que el índice de precios de enero podría marcar el valor más bajo desde 2020, lo que genera cierto alivio en un contexto económico aún complejo.


El tipo de cambio, que se mueve ahora a un ritmo de 1% mensual, también ha sido un factor clave en la desaceleración. Se espera que esta medida continúe afectando los precios de los bienes en los próximos meses. Según analistas, la estabilización de los precios podría seguir una tendencia descendente en el corto plazo si las políticas económicas implementadas por la administración libertaria logran mantenerse.
Por otro lado, la suba de precios de la carne, que había sido un factor importante en la inflación de diciembre, parece haber tenido menos impacto en enero, lo que podría haber contribuido a la desaceleración de los precios en general. En ese sentido, el economista de Equilibria, Gonzalo Sigaut Gravina, comentó que la inflación en alimentos y bebidas en enero se habría moderado después del fuerte aumento registrado en diciembre, sobre todo por el aumento de los precios de la carne.
En tanto, las políticas económicas implementadas por la actual gestión nacional, como la modificación del tipo de cambio y la eliminación del impuesto PAIS, parecen haber tenido un efecto positivo en la estabilización de los precios, lo que ha generado expectativas de que el índice inflacionario continúe en descenso a lo largo de los próximos meses.