Tras la la adhesión provincial a la Ley Nacional de dislexia, el senador de Cambiemos, Marcelo Pacífico, participó de las jornadas de concientización sobre las Dificultades Específicas del Aprendizaje (DEAS) desarrolladas en los distritos de Salto y Arrecifes .
“Las obras sociales están obligadas a cubrir los gastos de atención de los chicos y el Ministerio de Educación tiene la obligación de realizar adaptaciones pedagógicas y capacitaciones docentes”, apuntó el legislador.
En este sentido, la Ley de Dislexia (27.306) que rige hace una semana en el país, garantiza el derecho a la educación y promueve “el abordaje integral e interdisciplinario” sobre estos trastornos, incluyéndolos al Programa Médico Obligatorio.
“Los chicos con dislexia que no son tratados a tiempo, se van retrasando en el aprendizaje y muchas veces son víctimas de bullying. Ese tipo de discriminación los estigmatiza y afecta tanto al chico, como a su familia”, agregó Pacífico.
Asimismo, el camarista de Pergamino festejó la ley que permite un trabajo multidimencional sobre las DEAS y explicó que “es importante entender que los chicos que tienen dislexia necesitan tiempo y herramientas para no retrasar su aprendizaje”.
Además, durante los encuentros estuvo presente la Asociación Civil Dislexia Buenos Aires, conformada por pediatras, psicopedagogos, psiquiatras y fonoaudiólogo dedicados a las DEAS.
¿Qué es la dislexia?
Se trata de una condición de origen neurobiológico que afecta el proceso de lectura y escritura que si bien no tiene cura, se puede compensar por medio del diagnóstico oportuno y el tratamiento específico.
Señales para detectarla:
-Retraso en la estructuración y reconocimiento del esquema corporal. Confunde izquierda y derecha.
-Torpeza motriz, con poca habilidad para los ejercicios manuales y de grafía.
-Vacilaciones a la hora de leer, omisiones de letras, adiciones, inversiones, confusiones de letras con simetrías. Estos errores de producen también en la escritura.
-Expresión verbal pobre y dificultad de aprender palabras nuevas, especialmente las palabras fonéticamente complicadas.
-Falta de ritmo en la lectura. Lentitud y prosodia o tono inadecuado. Dificultad con los signos de puntuación y las pausas que estas indican.
-Problemas de comprensión del lenguaje escrito. Dificultad para planificar y para redactar relatos y composiciones escritas en general.