viernes, marzo 29, 2024

Un títere de los servicios: investigan las conexiones del prefecto detenido con la AFI

En el juzgado de Dolores el equipo del juez federal Alejo Ramos Padilla cree que utilizaron sus datos para firmar informes. Se encontraron 1.500 documentos con el usuario “Luffi”.

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El juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, investiga todas las conexiones del prefecto principal Marcos Antonio Luffi, detenido desde el lunes en el marco de la causa que investiga una red de espionaje ilegal con posibles vínculos con la AFI.

Durante la tarde del miércoles circuló la duda de si fue el uniformado de la Prefectura quien se reunió con Alejandro Vandenbroele, el arrepentido del caso Ciccone, quien admitió que declaró como arrepentido por presión de esa fuerza.

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Sin embargo, desde el entorno de Padilla descartan que el prefecto haya podido jugar ese papel porque en su declaración se mostró como una persona limitada, sin mando, que pasa buena parte del tiempo embarcado.

Eso indica que la estructura de la AFI podría haber usado al prefecto o su nombre o su nombre de usuario para operaciones de gran envergadura y también para que fuera el vehículo de informes que aparecieron en la casa del falso abogado Marcelo D’Alessio.

Sucede que Luffi no pudo explicar nada durante su indagatoria. Desconoció los informes, dijo que no confeccionó ninguno y manifestó que no sabe quién los hizo. En sintonía, Ramos Padilla allanó el lunes el edificio Guardacostas

En la oficina que trabajaba el prefecto se encontró con varias computadoras que fueron secuestradas, en las que verificó que se registraban decenas de documentos con el usuario “Luffi”.

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Se encontraron 1.500 documentos con ese usuario. Ahora resta determinar el origen de los informes secuestrados a D’Alessio sobre salidas y entradas del país, entrecruzamientos telefónicos y situación económica de los investigados.

Todas las computadoras se peritarán el lunes y se supone que se determinará el origen de la documentación. Es decir cuál fue la verdadera usina de los informes que luego sirvieron para extorsionar, coaccionar y concretar el espionaje ilegal.

Hubo empresarios, como Mario Cifuentes, al que quisieron quitarle la empresa o el caso de la abogada Giselle Robles, ex defensora de Leonardo Fariña, a quien también seguían e intentaron robarle el auto dos veces, según confesó el ex espía Rolo Barreiro.

Según trascendió parte de esas operaciones se hicieron con informes enviados a D’Alessio o a otros integrantes de la banda desde el usuario “Luffi”. Por ahora, lo que se percibe es que una estructura de inteligencia usó a Luffi.

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