miércoles, abril 24, 2024

Una tradición platense en peligro de extinción, por Daniel Lipovetzky

El diputado platense del Pro, Daniel Lipovtezky, analizó el impacto de la crisis sobre las familias que en cada barrio organizan la quema de los muñecos de Año Nuevo. Lee la nota completa.

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(*) Por Daniel Lipovetzky

Cada fin de año un gran dilema de los platenses fue siempre cómo iba a estar el clima la noche del 31 de diciembre para ver quemar los muñecos después de las 12. Y es que la ciudad de La Plata tiene una hermosa tradición desde mediados del siglo pasado. Después del brindis de la 00:00 hora, y comenzando el Año Nuevo, se queman en varios puntos de la ciudad, grandes muñecos con el objetivo de ahuyentar todo lo malo del año que se fue para comenzar el nuevo limpio de energías negativas y dejando lugar a lo bueno.

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Para eso cientos de platenses, agrupados por barrio, amistad, o sólo las ganas de seguir con esa tradición, se juntaban semanas antes para comenzar a armarlos, rogando que esa noche especial estuviera plagada de estrellas en el cielo. Hoy en cambio la mayor preocupación de ese ritual es cómo se está achicando desde hace varios la cantidad de muñecos para quemar.

Según el diario platense El Día, que llevó a cabo un estudio para determinar esta merma, se estima que desde 2008 bajó casi un 70% la construcción de los momos, y este año parece no ser la excepción. El número sigue bajando, y ahora incluye a los grupos de artistas más emblemáticos y reconocidos por la gente, que hicieron maravillosas creaciones con simples materiales.

El diputado platense Daniel Lipovetzky pidió "no dejar que mueran las tradiciones" de la quema de los muñecos.
El diputado platense Daniel Lipovetzky pidió “no dejar que mueran las tradiciones” de la quema de los muñecos.

En 2005 había 300 muñecos para quemar. Este fin de 2022 y comienzo de 2023 tendrá sólo 56 figuras. Es una tradición que estamos perdiendo poco a poco, y no hay que permitirlo. Hay que conservarla.

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Todos los platenses esperamos con muchas ganas ese momento, en donde familias enteras se concentran en diferentes esquinas o lugares de la ciudad para ver cómo se queman esas obras de arte, y celebran con la esperanza de un futuro mejor.

Pero no es sólo el momento de la quema por lo cual hay que mantener esta mágica tradición, también no hay que permitir que se diluyan los preparativos previos, la ilusión de hacer algo propio y que otros puedan disfrutarlo también.

La tradicional quema de muñecos de fin de año viene mermando desde el 2008.
La tradicional quema de muñecos de fin de año viene mermando desde el 2008.

Todo eso es más que una razón para luchar por mantener cientos, miles de alegrías en esa noche. Por supuesto con el orden y con el cuidado que corresponda, cumpliendo con la legislación y protegiendo por sobre todo a aquellas personas y animales que padecen los ruidos.

No hay que dejar que mueran las tradiciones, ya que son parte de la cultura, y ésta específicamente es nuestra, de todos los platenses. Por eso hay que promover una política cultural cada vez más activa, para que la ciudad de La Plata  vuelva a ser uno de los faros culturales más importantes de Argentina.

(*) Daniel Lipovetzky es diputado bonaerense por Juntos.

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