El Banco Central busca contener desesperadamente el ritmo de devaluación. Esta mañana comunicó al mercado que empezará a intervenir por debajo del techo de la zona de no intervención de 51,45 pesos para evitar “la volatilidad”.
En paralelo, aumentó de 150 a 250 millones de dólares el monto diario que venderá si el tipo de cambio supera ese valor, medida que fue respaldada por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En concreto, con esta decisión queda sin efecto el esquema de las bandas cambiarias aplicado en octubre. A partir de ahora no habrá ni piso ni techo para el tipo de cambio y la autoridad monetaria intervendrá a discreción.
Esto sumado a tasas de interés del 72% genera un fuerte incentivo para reforzar el negocio de la bicicleta financiera. Así, los inversores podrán aprovechar elevados rendimientos en pesos y luego dolarizarlos con un tipo de cambio quieto.
Ahora resta por ver la reacción “del mercado” en un contexto de golpes políticos para Mauricio Macri. De acuerdo a los analistas, una inflación mensual de 4%, más las altas tasas y un dólar estancado configuran una combinación explosiva.
“Se debe reforzar el sesgo contractivo de la política monetaria interviniendo en el mercado cambiario para reducir más agresivamente la cantidad de pesos y de esta manera contribuir al adecuado funcionamiento de dicho mercado”, dijo el organismo
La autoridad a cargo de Guido Sandleris hace menos de un mes ya había modificado parte de su programa cambiario. Se había eliminado el piso de la banda y el techo de la zona de no intervención había dejado de ajustarse mensualmente.
La apuesta en ese momento fue intentar calmar las expectativas de devaluación y darle una referencia al mercado de un dólar más estable. Pero como viene ocurriendo el resultado tampoco fue el esperado.
El dólar en lugar de bajar empezó a acelerar su ritmo de aumento. En apenas unos días marcó una suba de más del 10% y se acercó al nuevo techo de la banda cambiaria.
Al no poder modificar las expectativas de los inversores, decidió ahora salir a intervenir directamente en la plaza cambiaria para mantener la divisa bajo control y tratar de calmar la demanda del billete verde.