El empresario y ex diputado Francisco De Narváez protagoniza por estas horas una dura pulseada con el gremio de Camioneros, que lidera Pablo Moyano, en un conflicto de pesos pesados con final abierto.
El Grupo De Narváez, que el año pasado se quedó con la cadena de supermercados Walmart, acusa al sindicato de llevar adelante prácticas ilegales y de generar un desabastecimiento de productos esenciales.
El ex político hizo público el conflicto con una solicitada en la que asegura de que ni bien se hizo cargo del negocio recibió un pedido de Camioneros de despedir al personal de su Centro de Distribución para luego “indemnizarlo y volverlo a contratar”.
Enseguida la compañía advirtió que se trata de “una práctica ilegítima, no prevista por ningún marco legal vigente, ni con la forma en que desarrollamos nuestra actividad en el país”.
Esa negativa por parte de la empresa redundó en un fuerte freno a su operación local, producto de trabajo a reglamento y “otras medidas de fuerza encubiertas”, por parte de los trabajadores camioneros.
“En las últimas dos semanas nos vimos condicionados por recurrentes medidas de fuerza encubiertas que derivaron en una caída del 75% en la distribución de alimentos básicos”, describió Walmart.
En ese sentido la cadena invitó al sindicato “a dejar sin efecto las medidas” y al Gobierno nacional a “arbitrar los medios con miras a garantizar el abastecimiento de todos los hogares argentinos”.
La empresa detalló en la solicitada que adquirieron la cadena “con el firme propósito de invertir, desarrollar, crecer y asegurar los más de 10.000 puestos de trabajo a nivel nacional”.
Según la empresa, en una práctica similar a los pedidos realizados en los cambios de dueños de empresas de recolección de basura, Camioneros exige que se despida al personal, doble indemnización y que se los recontrate con la misma antigüedad.
Están afectados unos 500 empleados de un total de 718 que la empresa tiene en su centro de distribución. El gremio argumenta que la empresa cambió y que ese debe ser el procedimiento.
Por su parte, Walmart lo desmiente categóricamente: describe que es la misma firma, que mantuvo su CUIT y que sus contratos son los mismos, al igual que las deudas y activos.
“Esta semana recibimos un informe oficial del Gobierno diciendo que cumplimos un 99% del acuerdo de Precios Cuidados, pero solo pudimos cumplir con el 63% del abastecimiento comprometido. La explicación es por todo esto”, dijo la cadena.
La empresa aseguró que “hubo continuidad de la relación laboral y se mantuvieron los puestos luego de la operación” y afirmó que hacen público el conflicto porque no tienen “más margen”.
“Esto ya tiene impacto en las góndolas y lo tendrá más aún, sobre todo en las sucursales con depósitos más chicos, como las de cercanía, donde no hay capacidad de reposición rápida”, advirtieron.
La cadena de supermercados Walmart, en total tiene 92 tiendas distribuidas en todo el país, con operación en 22 provincias y más de 10.000 empleados contratados.
Walmart es la 4° cadena del país detrás de Carrefour, Cencosud (Jumbo, Disco y Vea) y Coto. Tiene hoy el 12% de participación de mercado y está en pleno proceso de reconversión.
El proceso de venta
A comienzos de noviembre del año pasado, Walmart anunció que el Grupo De Narváez se quedaba con la propiedad total del negocio de la compañía en la Argentina. La estadounidense venía evaluando la salida del país desde hacía meses.
“Los nuevos propietarios, que cuentan con operaciones minoristas en Argentina, Ecuador y Uruguay, aportarán una sólida experiencia local que impulsará el crecimiento de la empresa. Walmart seguirá apoyando a la empresa”, la cadena.
La familia del ex diputado De Narváez fue dueña de la cadena de supermercados Casa Tía durante varias décadas hasta que, a fines de 1998, la vendió al Exxel Group por unos USD 650 millones.
En los últimos años, el grupo empresario volvió a poner un pie en el negocio: hoy tiene supermercados en Ecuador y Uruguay, que operan con la marca Ta-Ta.
