El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, reconoció este jueves que el caso José Luis Espert “dañó” políticamente al Gobierno nacional y admitió errores en la gestión de la crisis interna que derivó en la renuncia del economista a su banca. En paralelo, la ministra de Seguridad y candidata a senadora por La Libertad Avanza, Patricia Bullrich, analizó el impacto electoral de la salida y pidió “sostener la unidad” del espacio libertario de cara a los comicios del 26 de octubre.
Francos evaluó los costos políticos que dejó el episodio y trazó una autocrítica por la falta de previsión frente a un conflicto que, según sus palabras, “se podía haber evitado”. “Yo siento que nos dañó. Me parece que obviamente el Presidente tiene confianza en Espert, pero cuando se plantea una situación como esta hay que analizar las consecuencias políticas”, sostuvo.
La crisis se desató a partir de la denuncia por presuntos vínculos entre Espert y el empresario Fred Machado, recientemente extraditado a Estados Unidos, señalado por la Justicia como intermediario de una red de narcotráfico. Francos apuntó que el ex candidato “cometió muchos errores” en su defensa pública y que “dijo cosas que no se sostenían en los hechos”, lo que precipitó su renuncia.
“Uno tiene que evaluar más allá de la inocencia que uno pueda suponer”, señaló el jefe de Gabinete, que también reconoció fallas en la selección de candidatos y en la reacción del Gobierno ante la presión mediática y parlamentaria. “Tal vez no nos hemos prevenido lo suficiente”, admitió.
El funcionario también asumió que la oposición “explotó con eficacia” el episodio y que el oficialismo pagó el costo político de “no anticiparse a las crisis”. “Este año hubo una sucesión de hechos que generaron en el kirchnerismo la idea de que el Gobierno estaba herido y que era momento de atacar”, analizó.

Francos fue consultado por la elección de Espert como cabeza de lista en la provincia de Buenos Aires y consideró que “probablemente fue un error”. “José Luis tenía el perfil, pero a veces el perfil no es suficiente si existen cuestiones judiciales abiertas. Hay gente técnicamente buena, pero que tal vez no tiene aptitudes de empatía o atracción personal”, planteó.
En ese marco, Francos mencionó que la candidatura de Karen Reichardt surgió como una alternativa tras el apartamiento de Espert, aunque aclaró que las listas “tienen más que ver con las decisiones del partido”. También el funcionario reconoció que la crisis sirvió de “correctivo” para revisar el modo en que el oficialismo elige sus alianzas y define su estrategia parlamentaria.
Más allá del caso Espert, Francos amplió la autocrítica hacia la gestión general del Gobierno y la falta de una base política sólida. “El Gobierno fue disparando contra sus propias alianzas”, reconoció el jefe de Gabiente, al tiempo que defendió la necesidad de “reconstruir puentes” con los bloques aliados y sumar figuras del PRO y los espacios provinciales.
En cuanto a la gestión económica, defendió el equilibrio fiscal y advirtió que “no hay posibilidades de gobernar si desde el Congreso se aprueban leyes sin respaldo financiero”. También insistió en que “la expectativa es que el productor invierta más” tras la baja de retenciones agropecuarias, y anticipó que “la cosecha de este año será determinante”.
Francos cerró su análisis con una proyección electoral optimista: “Cualquier resultado que tengamos va a ser bueno porque vamos a incorporar más diputados y senadores. Vamos a dejar de ser una minoría testimonial”, aseguró.
Bullrich analizó la situación electoral, tras la salida de Espert
Por su parte, Bullrich manifestó su sorpresa por el fallo del juez, Alejo Ramos Padilla, sobre la Boleta Única de Papel en referencia al caso de Espert y advirtió sobre las complicaciones que generó la reimpresión de las listas.


“El Gobierno espera la decisión final de la Junta Electoral, pero el fallo de Ramos Padilla rechazó la propuesta de que (Diego) Santilli reemplace a Espert, algo que no estaba contemplado. Nadie pensó que se podía bajar un candidato”, explicó Bullrich, y destacó que desde su espacio “nunca se interfirió en la justicia”.
La ministra confirmó que aún no hay un nombre definido para sucederla en el Ministerio de Seguridad en caso de asumir su banca en el Senado, pero pidió mantener la continuidad de la política actual: “El Ministerio de Seguridad nacional se ocupa de delitos complejos y espero que haya continuidad porque la gestión fue valorada. Quien asuma deberá sostener la misma línea”, remarcó.
Bullrich defendió también el nuevo Código Penal impulsado por el presidente Javier Milei, presentado en Ezeiza, y subrayó que “protege al ciudadano de los delitos cotidianos”. En paralelo, analizó el acercamiento entre Milei y Mauricio Macri, a quien pidió que “se ponga en ex presidente más que en presidente de un partido”.
En cuanto al tono de la comunicación oficial, reconoció que “las formas son importantes” y valoró que el Presidente esté “trabajando mucho sobre eso”. “Siempre es mejor trabajar con ideas y no con el insulto”, señaló, aunque aclaró que “tampoco se puede ser ingenuo en política”.
Bullrich llamó a fortalecer el diálogo político “para cambiar y no para mantener el status quo” y advirtió que “cada sector debe ceder algo para avanzar”. Finalmente, analizó el voto joven como un desafío para el espacio: “Milei tiene una relación especial con los jóvenes, algo que hacía años no se veía”, sostuvo la funcionaria, al tiempo que explicó que los sectores mayores votan “por miedo a que regrese el kirchnerismo”.
La ministra cerró con un mensaje de unidad y continuidad: “Debemos mantener la cohesión interna y sostener las ideas del cambio. El objetivo es un país productivo, estable y sin inflación”.





