Cristina Kirchner se prepara para asumir de manera formal la presidencia del Partido Justicialista (PJ) nacional en las próximas semanas con la finalidad de reorganizar el peronismo “desde adentro” y prepararlo de cara a las próximas elecciones 2025. Junto a la exmandataria, también tomarán posesión de sus cargos los cinco vicepresidentes y los 31 consejeros que integran la lista “Primero La Patria”.
Fuentes cercanas a la expresidenta anticiparon que la fecha de asunción podría definirse en los próximos días. “En las próximas dos semanas tiene que haber definiciones”, afirmó un dirigente del círculo íntimo de Cristina Kirchner. Para que esto ocurra, todos los consejeros actuales deben presentar su renuncia, un proceso que está siendo coordinado por Juan Manuel Olmos, apoderado del partido.
El mandato de los actuales vicepresidentes y consejeros vence formalmente en marzo de 2025. Sin embargo, los distintos sectores del justicialismo consideran que prolongar este período carece de sentido. En este contexto, la urgencia de la asunción de Cristina Kirchner responde a la necesidad de evitar demoras en la reorganización del peronismo con miras en las elecciones 2025.
En muchas provincias, las elecciones de medio término tendrán desdoblamientos, con cierres de listas previstos entre febrero y abril del próximo año. Como titular del PJ, Cristina Kirchner tendrá un rol central en la definición de candidaturas y en la articulación política del peronismo.
Entre las prioridades de la flamante conductora del peronismo está la creación de mesas políticas que incluyan a dirigentes sindicales, sociales y territoriales, con el objetivo de reconstruir la unidad partidaria. Esta estrategia recuerda la experiencia de José Luis Gioja, quien, durante los últimos años del gobierno de Mauricio Macri, utilizó al partido como un espacio de articulación política y resistencia.
Cabe mencionar que desde la renuncia de Alberto Fernández como titular del PJ, el pasado 14 de agosto, el partido se encuentra sin un presidente formal. El expresidente dejó su cargo tras ser imputado por lesiones leves, en el marco de una denuncia por violencia de género presentada por su expareja, Fabiola Yáñez.
Antes de ese episodio, Fernández había solicitado licencia a la conducción partidaria a comienzos de año. Sin embargo, las circunstancias lo llevaron a renunciar de manera definitiva. Desde entonces, el PJ ha estado liderado formalmente por los vicepresidentes Axel Kicillof, Juan Manzur, Cristina Álvarez Rodríguez, Analía Rach Quiroga y Lucía Corpacci, quienes no lograron revitalizar la actividad del partido.
Los desafíos de Cristina Kirchner como conductora del PJ
Con su llegada a la presidencia del PJ, Cristina Kirchner buscará revitalizar la actividad partidaria y promover el diálogo entre los distintos sectores que componen el peronismo. Vale recordar que la exmandataria nacional consolidó su titularidad como líder del partido después de que la jueza federal, María Servini rechazara la lista presentada por Ricardo Quintela.
Tanto la junta electoral partidaria como la justicia federal determinaron que su propuesta contenía irregularidades, lo que dejó el camino despejado para el desembarco de la lista oficialista. En este marco, la llegada de Cristina a la cabeza del PJ marca el inicio de una nueva etapa para el partido, que busca recuperar su centralidad en la política nacional.
Sin embargo, la líder política deberá enfrentar desafíos internos importantes, marcados por las tensiones históricas entre el kirchnerismo duro y el peronismo del interior, que podrían dificultar la cohesión partidaria. Con su liderazgo, Kirchner tiene el desafío de transformar al PJ en la herramienta de reorganización del peronismo y la principal fuerza opositora al gobierno de Javier Milei, en un contexto político y electoral que según advierten será complejo.
No obstante, pese a las diferencias internas, hay consenso en la necesidad de que Cristina Kirchner asuma la conducción partidaria lo antes posible. En este sentido, durante los últimos días, varios consejeros ya han presentado su renuncia con el objetivo de facilitar el recambio de autoridades. Tanto autoridades como afiliados, buscan que el partido actúe como un espacio amplio y representativo, capaz de funcionar como punto de encuentro y generador de un nuevo programa político y económico.
