Pasaron más de 20 días desde que el intendente de Berrisso, Fabián Cagliardi, admitió que un funcionario designado por él se había vacunado contra el coronavirus de manera irregular en el Hospital Mario V. Larrain y desde que prometió tomar “la medida que tenga que tomar”.
Fue antes de que estallara el escándalo de los vacunados vip que erosionó la credibilidad de la campaña de inoculación contra el COVID-19 y que le costó el cargo al exministro de Salud, Ginés González García. A diferencia del presidente Alberto Fernández, Cagliardi decidió bancar a su funcionario.
“No estoy diciendo que no se dio (la vacuna), estoy confirmando que ocurrió, y voy a ver qué decisión voy a tomar. Me hago cargo de la situación y tomaré la medida que tenga que tomar”, dijo Cagliardi hace tres semanas sobre el coordinador de la Oficina de Empleo, Javier Ibarra.
En los hechos Cagliardi ya había resulto sostener al funcionario, pero en las últimas horas quien lo puso en palabras fue la presidenta del Concejo Deliberante de Berisso, Vanesa Queyffer, quien confirmó que “el intendente decidió sostenerlo en el cargo por el gran desempeño que lleva en su función”.
Con el tiempo se supo que Ibarra realizaba una supuesta capacitación en el Dispensario Tetamanti de la localidad, y, llamativamente, sabiendo que no integraba el grupo priorizado de los trabajadores de la salud, preguntó si podía vacunar y finalmente lo logró.
Por esos días a Berisso habían llegado apenas mil dosis de la Sputnik V, que no alcanzaban para cubrir a los 1.200 trabajadores de la salud del distrito. Sin embargo, el Coordinador aprovechó la confusión y decidió inocularse, pese a que le estaba sacando el lugar a un trabajador de la primera línea de batalla contra la pandemia.
La versión que dieron las autoridades del Hospital Mario V. Larrain no es la misma. “Pensamos que falseo la inscripción presentándose como personal sanitario, en algún momento la completó, porque de otra manera no se podría haber vacunado”, contó la concejala Silvina Di Renta, quien se reunió con dos responsables del nosocomio.
La edil opositora cuando estalló el escándalo fue al Larrain a averiguar qué había ocurrido. "Cuando la directora vio la foto casi se infarta, enseguida reconoció al personal de salud que estaba vacunando a Ibarra. Luego buscaron en los registros y detectaron que se vacunó el día 11 de enero”, contó Di Renta a Diputados Bonaerenses.
Javier Ibarra, el vacunado vip de Cagliardi.
Después de eso el bloque de concejales de Juntos por el Cambio presentó un pedido de informes que se deberá tratar cuando inicien las sesiones ordinarias, y en reiteradas oportunidades pidieron la renuncia del vacunado vip de Berisso. Sin embargo, Cagliardi resolvió dejarlo en el puesto.
Cuando explotó el caso del vacunatorio vip, los ediles opositores recordaron que “nuestra ciudad no está exenta de esos actos de corrupción que constituyen graves faltas al buen desempeño de los funcionarios públicos, dado que Ibarra fue vacunado sin pertenecer a ninguno de los grupos de prioridad”.
“Seguiremos insistiendo al intendente para que tome medidas con dicho funcionario. Recordamos a los encargados del Poder Ejecutivo, en todos sus niveles, que los dueños del Estado son todos los ciudadano”, marcaron en un comunicado de prensa emitido hace algunos días.
Así, Ibarra consiguió lo que el exministro de Salud de la Nación no pudo, mantenerse atornillado pese al repudio público; y el intendente Cagliardi, se animó a aquello que Alberto Fernández desestimó. "Detesto los privilegios y no soporto que eso ocurra ", dijo el Presidente. En Berisso existe otro grado de tolerancia.
