jueves, marzo 28, 2024

Ex OFA: los intereses millonarios detrás de la marcha que defiende la usurpación

Diputados Bonaerenses investigó cuánto recauda el negocio privado de Oscar “El Pava” Carrizo. Todos los detalles.

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Desde que el Juzgado de Faltas N°1, a cargo del Oscar Piloni, dispuso la clausura de parte de los galpones de la ex Organización Fabril Argentina (OFA) donde funciona, sin ningún tipo de habilitación, un mega emprendimiento privado sus gerenciadores iniciaron una furiosa campaña contra el municipio platense.

La “resistencia” a la decisión del magistrado empezó la semana pasada con tomas de la delegación. Pero el cólera de Oscar “El Pava” Carrizo, el ñoqui del municipio que llegó al lugar de la mano de los Bruera, ante la inminente pérdida de un negocio millonario se fue incrementando a lo largo de los días.

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Ayer, llegaron a realizar una volanteada en las calles de la ciudad convocando a una “marcha pacífica” a la delegación para este miércoles a las 13hs. En este sentido, se presentan dos interrogantes centrales: ¿Qué vecino genuino podría acompañar una medida de fuerza para defender un negocio clandestino? ¿Qué intereses económicos hay detrás?

 

Un “emprendimiento” que mueve más de un millón de pesos por año

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El polideportivo que “El Pava” montó ayudado por el ex delegado de Mariano Bruera, Darío Romero, tiene cerca de 200 alumnos, según reconocen sus “administradores”. En él se dictan clases de boxeo, vóley, patín artístico, fútbol infantil, entrenamientos funcionales y aikido. Además se alquila para fiestas privadas y es utilizado por todo el clan Carrizo.

Diputados Bonaerenses pudo acceder a un listado de los últimos meses en los que se detalla que, por ejemplo, el arancel mensual para realizar patín de precisión es de $500, patín artístico $400, Aikido $450, zumba $450 y el alquiler de una hora de la cancha de fútbol 5 es de $300.

Si se realiza el cálculo estimativo de multiplicar los 200 alumnos por un promedio de $500, la cuenta da una ganancia neta –allí no se paga ningún tipo de impuesto- de $100 mil mensuales. Es decir, un millón al año. Todo eso sin contar con los frecuentes sub alquileres de los diferentes espacios.  

Quizás ahora el lector empiece a entender parte de la trama oculta que motoriza la defensa de la usurpación de los galpones que, en otros tiempos, llegaron a ser un símbolo del trabajo para toda Villa Elisa. En otra entrega, este portal detallará los importantes intereses inmobiliarios que persigue el clan Carrizo.

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