jueves, abril 18, 2024

Guzmán con miedo en su propia casa: ¿ministro del pueblo o del FMI?

Por un motivo que pasó desapercibido, Martín Guzmán dejó a gran parte del auditorio que lo escuchó en el Patio del Rectorado con la boca abierta. Temor en su propia casa, hermetismo y una pregunta que queda sobre la mesa: ¿ministro del pueblo o del FMI?

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Esta es mi casa”, dijo Martín Guzmán apenas comenzó a hablar frente a los funcionarios, integrantes de la comunidad educativa y militantes lo escucharon en el patio del Rectorado de la Universidad de La Plata (UNLP) hace apenas unas horas, hasta donde llegó para acompañar al nuevo titular de la casa de altos estudios, Martín López Armengol.

Sin embargo, a juzgar por los hechos, el concepto vertido por Guzmán sobre su relación con la UNLP se pareció más una expresión de deseo que un dato anidado en la realidad. En efecto, el ministro de Economía de Alberto Fernández, pese a estar ensu casase movió por la sede administrativa como un completo desconocido.

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En ese sentido, la presencia de Guzmán no sorprendió por su discurso, que fiel a su estilo pausado y cansino, careció de todo tipo de locuacidad, sino que llamó poderosamente la atención por un conjunto de detalles que pasaron inadvertidos en las decenas de crónicas que se escribieron sobre la asunción de López Amengol.

A diferencia de todos los funcionarios presentes que llegaron en soledad, Guzmán se movió con una fuerte marca personal. El ministro de Economía no fue seguido durante el acto de asunción de López Amengol por un custodio, ni dos, ni tres, lo que ya hubiera resultado infrecuente, sino que lo escoltó una delegación de siete guardaespaldas, durante toda su estadía.  

La puerta de ingreso al playón del Rectorado permaneció cerrada durante el ingreso de Guzmán y luego custodios lo acompañaron los escasos metros que separaban a su auto oficial de las escalitas de ingreso a la sede. En el interior lo esperaban otros dos, que se apuraron por cerrar el acceso. La delegación lo siguió hasta el despacho del presidente de la UNLP.

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El llamativo despliegue que rodeó a Guzmán contrastó con la austeridad que mostraron el resto de los funcionarios. Por caso, su par de Educación, Jaime Perczyk, llegó caminando solo, al igual que el saliente titular de la UNLP, Fernando Tauber, el diputado provincial Daniel Lipovetzky y hasta el intendente local, Julio Garro, que, pese a los silbidos, se animó a ingresar al patio del Rectorado apenas acompañado de su jefe de Ceremonial.

Ni siquiera Alberto Fernández, en su fugaz visita a la UNLP en febrero pasado para participar de un acto militante, se animó a rodearse de tantos guardaespaldas. Naturalmente, la actitud de Guzmán de llegar a “su casa” donde se formó y donde dio clases por más de una década, fuertemente custodiado dispara interrogantes de diversa naturaleza.

En principio es válido preguntarse ¿A qué le teme Guzmán? ¿Qué miedos habitan en la cabeza del ministro para rodearse en el Rectorado platense con siete guardaespaldas? ¿Tendrá que ver con el malestar social por la marcha de la economía? ¿Desconfiará de posibles repudios, escraches o cuestionamientos? Es probable.

El funcionario de Alberto Fernández desde hace tiempo viene demostrando desconfianza a ser espiado. En alguno de sus viajes llegó a salir a caminar con su círculo de confianza para poder hablar de temas sensibles y en sus despachos del Palacio de Hacienda de Reconquista al 900 más de una vez pusieron música fuerte y cerraron las persianas por desconfianza.

Guzmán: ¿ministro del pueblo o del FMI?

Si el “burgues malditoJosé Ber Gelbard, unos de los artífices junto a Juan Domingo Perón del Pacto Social, arquitecto del sector empresario argentino, y propulsor del Estado de bienestar, se levantara de la tumba, probablemente reclamaría a gritos que se lo vuelvan a llevar.

Ber Gelbard primero a partir del 1950 y luego en las tres presidencias peronistas de 1973, se enfrentó a los poderes concentrados de la economía argentina encarnados por los grandes empresarios extranjeros, y terminó sus días perseguido por la dictadura cívica militar que le llegó a quitar la nacionalidad.

En las antípodas, Martín Guzmán, uno de los autores del cuestionado acuerdo con FMI, goza de buen entendimiento con el establishment internacional, sus almuerzos más frecuentes son con representantes del poder concentrado y enfrenta un fuerte rechazo de gran parte de los socios del Frente de Todos, en especial del kirchnerismo.

¿Alguien se puede imaginar que Guzmán termine sus días como ministro de Economía asediado por el poder real?  Es probable que ni el más ingenioso lector se atreva a ensayar un acto imaginativo de tal naturaleza.

Lejos de eso, el economista platense se movió por “su casa” custodiado de varios guardaespaldas, aislado de la militancia, de la comunidad educativa y de la sociedad. La pregunta es ¿Guzmán es ministro del pueblo o del FMI? Algunos, con un poco de sorna, aseguran que Kristalina Georgieva “metió un raviol” en el Gobierno de Alberto Fernández. El tiempo terminará de confirmarlo.

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1 COMENTARIO

  1. En definitiva el responsable de que Guzman ocupe la cartera de economia es el Pte Alberto Fernandez ,el es el unico responsable junto a su vice por la marcha de la economia en el pais,lo que opinemos de fuera no tiene ninguna validez en tanto y en cuanto el Pte lo mantenga en el cargo, eso de que Girorgieva metio un raviol en el gobierno no se lo cree nadie,ahora si uds quieren vender el enemigo en casa eso es otra cosa.

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