A su regreso de Italia, el exmandatario nacional, Mauricio Macri, ya les adelantó a sus confidentes que tiene resuelto comunicar en los últimos días de marzo su decisión sobre si finalmente será candidato a Presidente o no en las elecciones 2023.
En ese sentido, las señales que viene dando Macri van en dirección de ser un mentor de Juntos por el Cambio (JxC) e intentar ser un motor de unidad para que el frente electoral logre despojar del poder al kirchnerismo, pero la última palabra la dará él a fines de marzo.
A su vez, en las últimas horas, Macri también anticipó que el lunes 20 tiene previsto viajar a Rosario para dar un fuerte mensaje sobre la inseguridad y la lucha contra los narcos, además de reunirse con los opositores santafesinos y presentar su último libro, “Para qué“.
En este marco, desde Europa, Macri se mantuvo muy activo en los cierres provinciales de JxC. En particular en Córdoba, donde pide que haya acuerdo interno para gobernador y, aunque su preferido es el diputado Rodrigo de Loredo sobre el senador Luis Juez, festejó que ambos hayan decidido ir juntos.
Sin embargo, la provincia que más tiempo le ocupó en los últimos días a Mauricio Macri fue Tucumán, donde compiten el intendente de la capital, Germán Alfaro, un peronista aliado a Juntos por el Cambio, contra el radical Roberto Sánchez.
En esa clave, el expresidente Mauricio Macri recibió una llamada del radical que estuvo a cargo del Plan Belgrano cuando estaba en Casa Rosada, José Cano, que le reveló que no lograban ponerse de acuerdo en el armado electoral de aquella provincia.
Originalmente, Alfaro y Sánchez quedaron en encargar un sondeo de opinión pública a Gustavo Córdoba, que dio a favor del intendente por cuatro puntos. Por su lado, el radical había encargado una encuesta de apenas 600 casos que lo daba arriba.
Ante eso, Macri le expresó a Cano que, para que haya acuerdo tucumano, él era la garantía para que contrataran una tercera encuesta que definiera las candidaturas. Alfaro aceptó, pero Sánchez no, por lo que el expresidente lo llamó enfurecido para reclamarle por la falta de consenso y la charla no terminó bien.
En esa línea, según cuentan fuentes cercanas a Macri, la obsesión que tiene es que JxC no se siga rompiendo en las provincias, como ocurrió en Neuquén o en Río Negro, dado que piensa que será clave para el próximo Presidente no solo tener un Congreso nacional más afín que el que tuvo él, sino gobernadores e intendentes de peso territorial.
En este contexto, Macri también pasó estos meses pidiendo encuestas de todo tipo de prácticamente todas las provincias. Actualmente, el exmandatario habla con todos, desde la titular del PRO, Patricia Bullrich, y el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, pasando incluso por el diputado nacional Cristian Ritondo.
También, Macri mantiene conversaciones con intendentes como Néstor Grindetti (Lanús) o Manuel Passaglia (San Nicolás), a quien felicitó públicamente por haberles sacado la obligatoriedad de usar la obra social bonaerense, IOMA, a los empleados del municipio.
Con todo, Mauricio Macri insiste con su teoría de que el gradualismo lo perjudicó en su periodo de administración nacional y subraya que ahora tendrá que haber un “shock” en el próximo Gobierno para no fracasar. Eso es lo que le transmite a Larreta y a Bullrich cada vez que los ve.
Paralelamente, su gran pasión, Boca Juniors, vuelve a ser un tema en su agenda. Es que, uno de sus colaboradores más cercanos de los últimos 25 años, el exvicejefe de Gabinete Andrés Ibarra, es uno de los candidatos más competitivos que buscará sacar a Juan Román Riquelme de la conducción del club.
De hecho, en los últimos días, comenzó a circular la idea de que, para darle mayor fuerza a la lista que viene confeccionando Ibarra, Macri sería candidato a primer vocal del club. Igualmente, el tema no está definido aún, pero está dentro del menú de opciones que baraja para su futuro, de no ser candidato presidencial.
Por último, a su regreso de Europa, a Macri lo esperan sus nuevas oficinas, más grandes que las que supo tener en Avenida del Libertador. Cabe destacar que, tuvo que desalojar esos despachos casi de forma intempestiva cuando se enteró de que los empresarios que se las habían cedido gentilmente habían tenido problemas legales.
