En el marco del Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires realizó un llamado de interpelación a los nutricionistas bonaerenses ante las preocupantes cifras de desperdicio de alimentos en Argentina y los recién publicados índices oficiales de pobreza e indigencia que dificultan el acceso a la Canasta Básica de más de la mitad del país.
“Es fundamental que como profesionales de la alimentación nos involucremos activamente en la implementación de prácticas más eficientes y sostenibles, promoviendo la educación y la concientización sobre la importancia de valorar cada recurso alimentario”, advirtieron desde el Colegio de Nutricionistas de la provincia de Buenos Aires, al analizar los alarmantes datos.
Los nutricionistas bonaerenses que forman parte de dicha asociación, sostienen que el objetivo de la fecha conmemorativa es generar un efecto acerca la necesidad de transformar y reequilibrar la forma en que se producen y consumen los alimentos, y reconocer el papel fundamental que desempeña la producción sostenible en la promoción de la seguridad alimentaria y la nutrición.
Laura Salzman, presidenta de la entidad que nuclea a los nutricionistas bonaerenses, reconoce que en tiempo de crisis, como la que atraviesa el país, la población pasa a tener una dieta de alimentación “limitada”, producto del “aumento de precios”. “El 70% de inflación en lo que va del año afecta fuertemente la calidad de alimentación que podemos tener”, ponderó.
En este sentido, la titular del Colegio de Nutricionistas bonaerenses, señalo que la mayoría de las enfermedades crónicas no trasmisibles “suceden en la pobreza”, por la mala alimentación, y destacó la importancia de “aprender a combinar los alimentos” para garantizar los nutrientes recomendados.
Además, Salzman recomienda acceder a una canasta variada de alimentos, consumir abundante agua y evitar tomar jugos y gaseosas. También, aconseja comer frutas y verduras de estación, que tienen un menor costo y en el caso de la carne, que en lo posible sea con poca grasa para evitar el aumento del colesterol.
Por otra parte, otra de las representes del Colegio de Nutricionistas bonaerenses, Érica Bianquet, resaltó: “Desde nuestro rol como licenciados en nutrición matriculados, activos y responsables en el compromiso del bienestar de la población y la salud de nuestra tierra afirmamos que el esfuerzo es colectivo y la unión hace a la fuerza, por lo que pequeños cambios en cada hogar generan grandes resultados a nivel mundial”.
Nutricionistas bonaerenses en alerta: los datos de la pérdida de alimentos a nivel mundial
Desde la Secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, estiman que en Argentina se pierden y desperdician alrededor de 16 millones de toneladas de comestibles, lo que equivale al 12,5% del total producido, una cifra que preocupa particularmente a los nutricionistas bonaerenses. Las frutas y las verduras lideran el ranking de los productos que no llegan a consumirse, seguidos por los alimentos perecederos, lácteos, refrigerados, fiambrería y otros artículos de almacén.
Asimismo, según los últimos datos brindados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en Argentina el 52,9% de la población está bajo la línea de la pobreza y hay un 18,1% que vive en situación de indigencia, lo que implica que estas personas no cuentan con la cantidad y calidad de alimentos básicos recomendados.
Ante esta problemática, que también se da a nivel mundial, cada 29 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Concientización sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos por lo que desde el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires se aprovechó la instancia para incentivar a que los nutricionistas bonaerenses se involucren activamente en la concientización de los productos alimenticios.
Según la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la Alimentación y la Agricultura, aproximadamente el 14% de los alimentos producidos en el mundo se pierde entre la cosecha y la distribución, mientras que un 17% adicional se desperdicia en la venta al por menor y en los hogares.
Asimismo, desde la ONU destacaron que un alimento se desperdicie también implica que los recursos como el agua, la tierra, la energía, la mano de obra y el capital sean desaprovechados e incluso puede generar repercusiones negativas para el medio ambiente.