La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, retiró a sus delegados del conclave macrista, luego de que el expresidente y fundador del partido, Mauricio Macri, desconociera los acuerdos previos y ponga al ex intendente de Pinamar, Martín Yeza, al frente de la Asamblea del PRO, marginando la conducción de la funcionaria ante ese cuerpo deliberativo.
Es que, para sanear la interna, los dirigentes habían acordado que Macri sea el presidente del Consejo del Partido y Bullrich la titular de la Asamblea. Sin embargo, tal y como había anticipado este medio, este jueves, el fundador del PRO consumó otra maniobra para que Bullrich quede virtualmente fuera del espacio.
En concreto, Macri rompió el acuerdo realizado con quien fuera titular de la cartera de Seguridad durante su Gobierno, al darle la presidencia de la asamblea al ex intendente de Pinamar y actual diputado nacional, Martín Yeza. Lo que derivó en gritos, quejas y portazos de los dirigentes bullrichistas.
No obstante, la mojada de oreja del expresidente a Bullrich no culminó allí, ya que la Asamblea del PRO además de elegir autoridades ratificó la postura, que adelantó en varias oportunidades, Macri. “Somos el cambio, el PRO no se fusionará con otros partidos, apoyamos al gobierno de Javier Milei y todas las iniciativas que acompañan el cambio que la Argentina votó”, expresaron a través de las redes sociales.
De esta forma, el PRO excluye virtualmente del partido a Bullrich, quien pujaba para que la escudería amarilla se fusione con La Libertad Avanza (LLA) en una coalición y conformen un frente electoral en 2025 con vistas a potenciar al soporte legislativo del Gobierno. Además, esto le permitiría descomprimir las tensiones que surgieron a partir de su comando frente al Ministerio de Seguridad.
Por ello y tras conocerse la noticia del desplazamiento de la conducción de la ex candidata de Juntos por el Cambio, los representantes del espacio de Patricia abandonaron la Asamblea del PRO y se fueron al bar de la esquina de Corrientes al 3200, en donde esperaron a la Ministra. “Se quedaron con un partido chiquito”, dijo Pablo Walter, uno de los operadores que resumió el sentimiento del sector.
Es preciso señalar que, en las últimas semanas, las intenciones de Macri de romper definitivamente con Bullrich era un secreto a voces. Es que, desde el macrismo anticipaban que luego de la sanción de la Ley Bases, el expresidente subiría el perfil y comenzaría a marcar diferencias con la gestión libertaria, a fin de tener volumen político propio en las elecciones de 2025.
Y así sucedió. Primero, con un duro informe de la Fundación Pensar, think tank del PRO que preside María Eugenia Vidal. Es que, en el documento, los macristas respaldaron el rumbo económico de Milei, pero señalaron críticas difíciles de digerir para la Casa Rosada. A tal punto que, el vocero presidencial, Manuel Adorni, le restó importancia. “La verdad que ni lo leímos”, aseguró.
Mientras que en la jornada del miércoles, Macri profundizó la diferenciación, al salir a presionar a Milei por los fondos coparticipables que Nación le adeuda a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Fue un gesto de sintonía política con su primo, Jorge Macri, el jefe de Gobierno porteño, pero también un tirón de orejas en público al Jefe de Estado, Javier Milei. “El sacrificio de los argentinos requiere de un gobierno que cumpla la ley”, disparó.