La Justicia dictó el sobreseimiento de la primera dama bonaerense, Soledad Quereilhac, debido a que encontró la “inexistencia de delito” en la causa que la investigaba por alterar el orden establecido en el plan de vacunación contra el coronavirus en 2021.
La causa contra Quereilhac comenzó en 2021, al momento que la politóloga Beatriz Sarlo aseguró que le habían ofrecido la aplicación de una vacuna antes que al resto de los bonaerenses, por lo que el actual precandidato a intendente de La Plata, Juan Pablo Allan, presentó una denuncia ante la Justicia por el delito “usurpación de autoridad”.
Dos años después, el juez federal n° 1 de La Plata, Alejo Ramos Padilla, consideró que la primera dama bonaerense no había cometido ningún delito, por lo que la denuncia de Allan de que Quereilhac “habría asumido funciones de carácter público para las que no ha recibido nombramiento alguno por autoridad competente” quedó anulada.
“Eso llegó como invitación desde provincia de Buenos Aires, a través de la esposa del gobernador, Soledad Quereilhac. (Carlos) Díaz me dijo que la idea era legitimar la vacuna a través de figuras públicas. Yo soy de Capital, no estaba anotada en el registro. Como Soledad fue alumna mía, ella se puso en contacto con mi editor”, había expresado Sarlo.
En ese marco, Beatriz Sarlo se retractó en una entrevista radial sobre las declaraciones que había hecho respecto del ofrecimiento de la primera dama bonaerense. “Bueno, me autocritico fuertemente, no debí decir ‘por debajo de la mesa'”, apuntó.
Por su parte, la primera dama bonaerense argumentó durante la investigación que el ofrecimiento a Sarlo se trataba de una campaña de concientización que consistía en “hacer de la vacunación un acontecimiento público, sacarse una foto en el momento de la aplicación o divulgar el acto y, de esa forma, generar confianza en la vacuna“.
Quereilhac dejó constancia en el proceso judicial de que su campaña de divulgación tenía la intención de reunir a 100 personalidades públicas para tranquilizar a la población sobre la vacuna proveniente de Rusia, Sputnik V, pero que no llegó a realizarse porque antes se habían dado a conocer los resultados de los estudios publicados en la revista científica The Lancet.
De esta manera, el juez Ramos Padilla dejó constancia en el fallo de que, la primera dama bonaerense, “en ningún momento existió siquiera una invocación de estar ejerciéndose una función pública” y que tampoco “existió simulación o engaño, pues se pretendía la participación de Sarlo en una campaña pública”, a la vez que descartó cualquier otro delito.