El ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, adelantó la necesidad de poner nuevamente en marcha el instituto biológico Tomás Perón, que hasta el 2015 producía al 100% y hoy lo hace al 8%, según indicaron fuentes de la cartera provincial.
De acuerdo al subsecretario de Atención de Salud de las Personas, Nicolás Kreplak, ya se empezó “a medir la capacidad productiva para poder proveer de protector solar de factor 30 que cubre el 92 por ciento de los rayos ultravioletas”.
El Tomás Perón tuvo tres directores durante los cuatro años de gestión de María Eugenia Vidal y todos tuvieron como principal función reducir el gasto para cumplir las directrices de la Casa Rosada, lo que justifica los datos esbozados por el ministro de Salud ante la prensa.
Hacia fines de 2019, la producción total del laboratorio ascendía a las 40 millones de unidades de medicamentos, cuando la capacidad instalada, cuyo techo tocó en 2015, es en realidad de 200 millones.
Un informe del Instituto de Estudios en Salud de ATE Argentina explicó que durante los cuatro años anteriores “se desarrolló un intencionado y persistente proceso de abandono integral y de sus capacidades y se redujo considerablemente la inversión edilicia y tecnológica”.
Además, no se previó el deterioro de las cañerías de gas, lo que dejó sin conexión al edificio, y procesos vitales para la producción de medicamentos, como esterilizaciones y destilaciones, no pudieron llevarse a cabo.
“Se redujo la planta de personal y el trabajo específico del Instituto, pasando de casi 400 a 270 agentes en la actualidad”, asegura el informe del gremio y agrega que “también se achicó la recaudación para el funcionamiento, ya que los aranceles de inscripción de alimentos generaba una partida de casi 12 millones de pesos”.
