Los insultos que recibió la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal al final del acto que compartió ayer por la mañana con el presidente Mauricio Macri en una escuela de San Miguel son el corolario de una situación que vienen advirtiendo al interior de Cambiemos.
El descontento generalizado por el rumbo de la economía, que viene desplomando la imagen de Macri desde finales de 2017, empieza a también a erosionar la figura de Vidal.
Diferentes sondeos dan cuenta de esto. La última encuesta que Management & Fit hizo para un diario porteño reveló una paridad entre la aprobación y desaprobación de su gestión: 46,1% contra 45,3%, respectivamente.
Otro trabajo, en este caso de las consultoras D’Alessio IROL/Berensztein, expone a Vidal con sus imágenes positiva y negativa lejos de los números post elección: la primera cayó 5 puntos y la segunda aumentó 7.
En tanto, una encuesta de Analogías muestra una tendencia similar: 50,2% de positiva y 48,4% de negativa, cuando en octubre eran de 55,3% y 42,9%.
Ayer al ajuste de 30.000 millones de pesos anunciado por el ministro Nicolás Dujovne para bajar el déficit fiscal se le sumaron las nuevas escaladas del dólar y el pedido de auxilio al FMI que es rechazado ampliamente por la gente.
