Esta mañana, los colectiveros de zona oeste comenzaron un paro general acompañado de una movilización, tras amanecer con la noticia del brutal crimen que sufrió en la madrugada uno de sus compañeros, Daniel Barrientos, chofer de la línea 620.
Barrientos, el chofer asesinado en La Matanza por dos ladrones a las 4:30 horas de esta madrugada, tenía 65 años, y le faltaba menos de un mes para finalizar sus jornadas laborales y jubilarse. “El miércoles iba a ser su último día de trabajo, después ya podía comenzar con el papeleo de la pensión”, expresó uno de sus compañeros frente a las cámaras de televisión.
Según pudieron expresar sus amigos, que dieron pequeñas declaraciones en medio de las salvajes represiones que sufrieron por parte de la policía porteña mientras se manifestaban para pedir mayores medidas de seguridad, el chofer asesinado trabajó desde 1991 como conductor de colectivos, y estaba próximo a recibir la baja.
Además, el “Capitán”, como lo apodaban los compañeros de la empresa de colectivos a Barrientos por particular saludo mañanero, tenía un hijo de 14 años, que tras su muerte se quedó sin ninguno de sus padres. Su madre había fallecido seis meses atrás.
“Era una fenómeno, de esos choferes de antes, que te llevaban aún si no tenías saldo. Un tipo siempre de buen humor, alegre, nos contaba chistes”, expresó Luis, otro conductor de colectivos, que además destacó que Barrientos “iba a trabajar hasta enfermo”.
Además de las protestas que finalizaron con golpes hacia el ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, el gremio en el que estaba agrupado el chofer asesinado, la Unión de Trabajadores Automotores (UTA), emitió un comunicado en el que se solidarizó con los seres queridos de la víctima.
“Abrazamos a la familia de Daniel Barrientos, y nos ponemos a disposición tras este hecho que conmueve y duele a toda la sociedad argentina”, expresaron desde la UTA, luego de anunciar el paro general de colectivos, que se extenderá, por lo menos, durante toda la jornada de este lunes.
Cabe destacar que, el enojo de los colectiveros agrupados en la UTA va más allá del hecho que concluyó esta madrugada con un chofer asesinado, la inseguridad a bordo de sus herramientas de trabajo es un conflicto que los atraviesa desde hace varios años, y que ningún funcionario pudo resolver.
En 2018, también en la localidad de La Matanza, hubo otro chofer asesinado de la línea 620. Se trató de Leandro Alcaráz, quien en aquella oportunidad recibió un balazo tras una discusión que mantuvo con dos pasajeros que se negaron a pagar el boleto.
En este contexto, es que los trabajadores agrupados en la UTA, decidieron ponerle un freno a la violencia que reciben por parte de los pasajeros, que en algunas oportunidades, concluye con choferes asesinados. Además, los colectiveros exigen que se aplique ley aprobada por la Legislatura bonaerense, que obliga a las empresas a poner “cámaras de seguridad en el interior de cada vehículo, que filmen en tiempo real y almacenen las imágenes”.
Líneas que paran por el asesinato de Barrientos
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