El presidente Javier Milei firmó este martes el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que habilita al Gobierno nacional a negociar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La medida, publicada en el Boletín Oficial, establece el marco legal para la concreción del Programa de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés), que tendrá un plazo de hasta 10 años, con un período de gracia de 4 años y medio antes de comenzar a devolver el capital.
Tal y como había anunciado el ministro de Economía, Luis Caputo, el decreto no detalla el monto final de la nueva deuda, pero establece que los fondos estarán destinados a recomprar Letras Intransferibles en dólares en poder del Banco Central y reprogramar los pagos de la deuda contraída en el Programa de Facilidades Extendidas de 2022.
Según el texto oficial, el Gobierno decidió no modificar su política económica de déficit cero, por lo que los recursos obtenidos a través del FMI solo podrán ser utilizados para pagar deudas con el Banco Central y el propio organismo internacional.
En cuanto a los vencimientos, el programa contempla un período de gracia de cuatro años y seis meses, lo que significa que Argentina recién comenzaría a pagar el nuevo acuerdo en octubre de 2029. A partir de esa fecha, se iniciará la devolución del capital en un plazo de 10 años, bajo las tasas de interés preestablecidas por el FMI para este tipo de programas.


Por otro lado, el decreto establece que los pagos de la deuda adquirida en el marco del EFF 2022 serán diferidos en su totalidad, lo que permitirá aliviar la carga financiera del Tesoro por los próximos cuatro años. De acuerdo con estimaciones privadas, este diferimiento evitará que Argentina deba desembolsar USD 13.100 millones en capital y hasta USD 20.600 millones si se incluyen intereses entre 2025 y 2028.
El decreto destaca que la firma del nuevo programa busca mejorar la estabilidad macroeconómica y permitir el acceso a los mercados internacionales de crédito. En ese sentido, el Gobierno considera que contar con un nivel satisfactorio de reservas será clave para reducir el riesgo país y generar mayor confianza en los inversores.
En esa línea, el Ejecutivo adelantó que parte de los dólares que se obtengan del FMI se destinarán a la recompra de Letras Intransferibles en poder del Banco Central, lo que reducirá la exposición de la autoridad monetaria a este tipo de pasivos. Actualmente, el stock de estas letras asciende a USD 23.000 millones, aunque su valor nominal es de USD 67.000 millones según datos del Tesoro.
Uno de los puntos clave que deja abierta la publicación del decreto es si los dólares del FMI podrán ser utilizados para intervención en el mercado cambiario. El texto menciona explícitamente que los fondos deberán ser utilizados solo para cancelar deudas del Tesoro, sin hacer referencia a su posible uso para estabilizar el tipo de cambio.


Si bien el Gobierno firmó el DNU para avanzar con la negociación del acuerdo, el texto deberá ser analizado por la comisión bicameral del Congreso, que puede recomendar su ratificación o rechazo.
En este contexto, el oficialismo deberá buscar apoyos en la oposición para garantizar la aprobación del programa, ya que el EFF implicará una mayor exposición de Argentina al FMI, sumando nuevos desembolsos y postergando los vencimientos actuales.
El banco de inversión UBS estimó recientemente que el acuerdo podría alcanzar los USD 20.000 millones, de los cuales USD 12.000 millones corresponderían a la refinanciación de vencimientos y USD 8.000 millones serían dólares frescos. Sin embargo, aún no hay confirmación oficial sobre los montos exactos que serán incluidos en el programa.
En los próximos días, se espera que el Ministerio de Economía y el FMI terminen de definir los detalles finales del acuerdo y su implementación. Mientras tanto, el debate en el Congreso será clave para determinar el futuro de este nuevo programa, que marcará el rumbo financiero del país en la próxima década.