Tras reunir a la mesa chica, la Confederación General del Trabajo (CGT) pedirá una audiencia al secretario de Trabajo, Julio Cordero, para reclamar por la reforma laboral aprobada en la Ley Bases, la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, y la restitución de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias.
Si bien, la reunión del miércoles esperanzaba al sector combativo de la cúpula cegetista, encabezada por el cotitular, Pablo Moyano, para motorizar medidas de fuerza. Tras el encuentro en la sede de UPCN, se impuso la posición de los dialoguistas.
En concreto, los gremialistas acordaron pedir una audiencia al Gobierno nacional, a cargo de Javier Milei, y no motorizar presentaciones judiciales colectivas, ni tampoco convocar a un paro general. Debido a ello, el cotitular de la CGT, Pablo Moyano, no asistirá al encuentro con la administración libertaria, lo que recrudece la interna cegetista.
Es que, el encuentro del miércoles tuvo lugar luego de largas semanas de intrigas y peleas entre el sector dialoguista y la fracción dura por la posición ante la Ley Bases y la movilización del 12 de junio organizada por el kirchnerismo y la izquierda ante el Congreso, que terminó con incidentes.
En efecto, entre los moderados se encuentran los denominados “gordos” encabezados por el secretario general de la CGT, Hécto Daer, mientras que los que meten presión para llevar adelante medidas de fuerza, se encuentran alineados con el cotitular de la central obrera, Pablo Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo.
Según deslizaron desde el entorno de Barrionuevo, el gremialista de los gastronómicos estaría dispuesto a llamar a un paro general, en medio de acusaciones contra el Gobierno por supuestas maniobras para beneficiar a su ex cuñado Dante Camaño con quien mantiene una disputa por el control del gremio gastronómico porteño.
En ese marco, y al no haber alcanzado acuerdos este miércoles, la cúpula sindical convocó para el 25 de este mes al Consejo Directivo de la central obrera para debatir la reanudación del plan de lucha contra el Gobierno. Es que, los dirigentes ven con preocupación el efecto de la recesión económica sobre los salarios y jubilaciones, así como las condiciones crecientes de pobreza e indigencia.
Sin embargo, el dirigente de Camioneros anticipó que su sindicato hará una impugnación en los Tribunales de la reforma laboral y el Impuesto a las Ganancias, aprobados con la Ley Bases y el Paquete Fiscal. Asimismo, remarcó que promoverá una movilización callejera cuando se formalice la presentación.
Vale recordar que, el Paquete Fiscal aprobado el pasado 29 de junio en Diputados establece un mínimo no imponible de $1.800.000 para trabajadores solteros y $2.200.000 para casados con hijos. Esta decisión, según la CGT, incrementará la carga fiscal sobre los trabajadores cuyos ingresos ya están comprometidos por la inflación y la recesión económica.
“La baja del mínimo no imponible del mal llamado Impuesto a las Ganancias afectará al castigado bolsillo de más de 800 mil trabajadores. Representando un duro golpe a los ya deprimidos ingresos de los trabajadores”, señalaron desde la central a través de un comunicado.
