El director del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Manuel García Solá, oficializó su renuncia al organismo luego de una presunta solicitud del Gobierno de Javier Milei a la Sociedad Rural Argentina (SRA), entidad que lo designó en 2022. El ahora exfuncionario denunció “acciones persecutorias” hacia becarios e investigadores por parte de la actual administración nacional.
En su carta de renuncia, García Solá señaló que su salida del CONICET no responde a “motivos personales” y afirmó que ya no puede callar ante “actos de persecución” por ideas políticas, científicas o religiosas. Además, el exministro de Educación durante la presidencia de Carlos Menem, explicitó que su corrimiento de la entidad se debió a un pedido expreso del presidente de la SRA, Nicolás Pino, mismo que lo había convocado para formar parte del Directorio en el pasado.
“Elevo a usted la renuncia al cargo de Director de CONICET, en representación del sector agropecuario con que me honrara la SRA en junio de 2022 y con mandato hasta igual mes de 2026, tal como usted me lo solicitara en la reunión que tuvimos el día 5 de noviembre del corriente en su despacho”, remarcó García Solá en la misiva dirigida a Pino.
Aunque evitó detalles específicos, el exintegrante del CONICET sugirió que la decisión pudo estar vinculada con su oposición a especificó que se opuso a “acciones persecutorias” sobre becarios e investigadores por parte de la conducción del organismo. Este rechazo, provocó que la Casa Rosada se contactara con el presidente de la Sociedad Rural para pedir la renuncia de Solá.
“A lo largo de los casi 30 meses que ocupé la silla de nuestro sector, me subordiné estrictamente al mandato que dice: Los miembros del Directorio actuarán con independencia de criterio y no en representación de sus proponentes”, demandó García Solá, al tiempo que apuntó directamente a Pino y fustigó. “Eso es lo que se hace en ese Directorio, Querido Presidente: Política científica y tecnológica”.
En tanto, desde el Gobierno nacional argumentaron que la salida del exdirector apunta a preservar la neutralidad del organismo y evitar conflictos ideológicos en la conducción del CONICET. A nivel institucional, algunos miembros expresaron críticas hacia García Solá, argumentando que su perfil y su relación con la SRA eran incompatibles con la naturaleza científica de la entidad. Estos sectores consideran que la influencia de figuras con intereses empresariales pueden desvirtuar el propósito del organismo.
Si bien la nota de renuncia es por demás elocuente, García Solá prefirió dejar inferida la razón detrás de su sorpresiva salida de la entidad científica nacional que atraviesa una profunda crisis, producto de las políticas de ajuste y desfinanciamiento que encara la gestión nacional en materia de Educación y desarrollo tecnológico. “Las renuncias siempre tienen un motivo. En general el renunciante siempre alega motivos de índole personal. No me siento abarcado en esta categoría”, concluyó.
Quién es Miguel García Solá, el exdirector del CONICET
Manuel Guillermo García Solá nació el 14 de noviembre de 1953 en Santa Fe, Argentina. Abogado de profesión, se dedicó principalmente a la ganadería, siendo propietario de vastas tierras en las provincias de Chaco y Formosa. A lo largo de su vida, tuvo una participación activa en la política y la gestión pública, afiliándose al Movimiento de Integración y Desarrollo (MID) desde joven. Su carrera política comenzó en 1993, cuando fue nombrado vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas y, ese mismo año, asumió el cargo de Ministro de Gobierno, Justicia y Educación en la provincia de Chaco.
En 1996, García Solá fue nombrado Secretario de Programación y Evaluación Educativa en el Ministerio de Educación de la Nación, un puesto equivalente al de viceministro. Apoyó la Ley Federal de Educación y defendió el presupuesto del Ministerio en varias ocasiones. En 1999, asumió el cargo de Ministro de Educación tras la renuncia de Susana Decibe. Durante su corta gestión, tuvo que enfrentar varios conflictos con sindicatos y universidades, al tiempo que trató de garantizar la continuidad de las instituciones educativas en un contexto de tensiones políticas y sociales.
Sin embargo, su mandato como ministro estuvo marcado por la controversia. Fue denunciado por posibles negociaciones irregulares y contratos sospechosos, relacionados con el encuestador Hugo Haime. A pesar de los cuestionamientos, García Solá mantuvo su postura y continuó en el cargo hasta finales de 1999. Tras su salida del Ministerio de Educación, se dedicó a la política en Chaco, donde intentó en varias ocasiones postularse para gobernador, pero fue derrotado por Jorge Capitanich en ambas oportunidades. También se postuló para intendente de Resistencia en 2003, sin éxito.
A pesar de los fracasos en la política provincial, García Solá continuó influyendo en su comunidad y en el ámbito empresarial. Fue presidente de la Bolsa de Comercio de la Provincia de Chaco y trabajó en el negocio agropecuario, especialmente en la exportación de semen bovino y vacunas, antes de su llegada al CONICET en junio de 2022.