La brecha entre lo que pagan los consumidores y lo que cobran los productores agrícolas y ganaderos se redujo más de siete puntos en enero, aunque la participación en el valor final sigue siendo escasa, de acuerdo al Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
En números finos, los consumidores pagaron 3,45 veces que lo que recibieron sus productores en enero, un 7,2% menos que la brecha de precios que hubo en diciembre, mientras que la participación en el precio final saltó a 31,8%.
La CAME releva a los 24 principales productos agropecuarios que se sirven en la mesa familiar en base a precios diarios online de supermercados del país, más de 700 precios de verdulerías y mercados, y precios de origen de las principales zonas productoras.
De acuerdo al informe de la CAME, la mejora mensual del IPOD, considerando las estacionalidades de los productos, ocurrió porque los precios que se le pagaron al productor subieron muy por encima (+59,2%) de los que se le cobraron al consumidor en góndola (+20%).
La mayor brecha entre precio de origen y destino se dio en la zanahoria, con una diferencia de 23,1 veces, seguida por el zapallito con 13,5 veces), la naranja con 9,4 veces, el limón con 7 veces y la calabaza, también con una brecha de 7 veces.
Los productos con menores brechas, en tanto, fueron la lechuga (1,3 veces), el brócoli (1,5 veces), la berenjena (1,6), los huevos (1,8) y el pollo (2).
La participación promedio del productor en el precio final de los 24 productos relevados subió de 26,3% en diciembre a 31,8% en enero. Si se pondera esa participación en las ventas del Mercado Central de Buenos Aires y en base a datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, sube a 37,4% en enero (de 36,6% en diciembre).
La mayor participación la lograron los productores de lechuga, que recibieron en promedio el 74,4% de su precio de venta minorista, mientras que la peor ocurrió en la zanahoria, donde el productor obtuvo apenas $4,3 de cada $100 que pagó el consumidor por ese producto.
En enero, en 20 de los 24 productos relevados, los comercios pyme de cercanía tuvieron mejores precios que los hipermercados.
En general, explicó CAME, las diferencias se deben a un conjunto de comportamientos: por un lado, los especulativos, adoptados por diferentes actores de la cadena de valor que abusan de su posición dominante en el mercado –básicamente, los hipermercados, los galpones de empaque y cámaras de frío–, y a otros factores como la estacionalidad, que afecta a determinados productos en algunas épocas del año, las adversidades agroclimáticas, y los costos de almacenamiento/acopio y transporte, entre otros.
