viernes, marzo 29, 2024

El cristinazo, la oposición y el factor Massa

El cristinazo dejó entrever una sobreactuación tanto del kirchnerismo, como de la oposición, que corre de la escena a Sergio Massa. La estrategia de los elefantes rosas de CFK.

Por Juan Manuel Negri (*)

Cristina Kirchner otra vez está en el centro de la escena. El árbol son los incidentes en Recoleta, el despliegue policial de Horacio Rodríguez Larreta y las denuncias cruzadas. El bosque es el nuevo reordenamiento del sistema político que tiene ganadores, perdedores y socios.

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La oposición, el factor Massa y la “estrategia de los elefantes rosas” de la vice, una lectura de lo que incuba el cristinazo.

1-Sobreactuación: durante toda la semana que pasó se advirtió una evidente sobreactuación, tanto del kirchnerismo duro como de la oposición de Juntos, que tuvo su punto más álgido en el innecesario despliegue policial que montó el jefe de Gobierno porteño en las inmediaciones de la casa de Cristina Kirchner. Los dos espacios recuperaron la centralidad con provecho de la exposición mediática de varios días de furia. La puesta en escena de uno y otro lado de las vallas de Recoleta demostró una vez más que la grieta es un negocio, una sociedad anónima compartida. El “pacto de Recoleta” tributa a ambos lados de la grieta. Además, la polarización invisiliza a otros actores que juegan su partido para 2023. Naturalmente, también oculta el ajuste que puso en marcha el Gobierno y la incomodidad de la oposición frente a ese escenario. En lo interno, CFK pone a orbitar a todos los sectores bajo su figura, se asegura el boleto para un eventual tercer mandato y activa a la militancia, que recupera la mística k, una zona mucho más confortable que militar el acuerdo con el FMI, la segmentación de tarifas o el ajuste fiscal. Difícilmente los muchachos y muchachas entonarían una canción que diga: “Cristina corazón… acá tenes los pibes para la segmentación”.

2-El factor Massa: por caso, el cristinazo le quita centralidad a Sergio Massa, un incómodo socio del kirchnerismo, que fue ungido por necesidad como “superminsitro”. El tigrense cuenta con una frondosa red de vínculos, terminales en todas las áreas de poder, contacto con sectores de Estados Unidos, y el respaldo de actores que nunca se alinearían con CFK, pero sí con la oposición. Por citar un ejemplo, Héctor MagnettoEsa situación genera oleajes en ambas orillas. Si Massa logra hacerse de dólares, extiende la calma de los mercados, matiene un perfil técnico-político, hace equilibrio entre los Fernández y consigue que el barco siga en superficie en octubre de 2023, se encamina a ser uno de los presidenciables. Massa le pidió al binomio presidencial 100 días para mostrar resultados. El reloj está corriendo, si eso no ocurre el “veranito” podría durar poco y avecinarse nuevas tormentas. Pero en lo inmediato, el liderazgo del líder del Frente Renovador resquebrajaba a la grieta. “No tenemos que tener miedo o vergüenza de sentarnos en una mesa por más que seamos de fuerzas políticas distintas”, dijo en el Council de las Americas, donde “Marc Braden”, como lo apodaría un ácido ministro camporista, había pedido una “coalición gobernante ahora y no en el 2023”. El cristinazo impone un doble desafío a Massa: el político y el financiero.  

3-La estrategia de los elefantes rosa: “Cuando uno quiere que un elefante no se vea, hay que poner varios elefantes y si lo quiere disimular más que sea verde o rosa”, explicó Cristina Kirchner hace más de una década, sobre la estrategia que en algún momento le recomendó su esposo Néstor KirchnerMás allá de los efectos sobre el sistema político, el cristinazo es en sí mismo un “elefante rosa”, que esconde el ajuste fiscal más grande que Gobierno nacional haya aplicado hasta el momento, con recortes en partidas para Educación, Salud, Producción e Infraestructura por $210 mil millones, suba de tarifas, congelamiento de la planta del Estado y otros.

La estrategia de los elefantes rosas de Cristina Kirchner.
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En lo que va de este año las internas del Frente de Todos derivaron en dos escenarios que golpean en la línea de flotación del peronismo: la profunda parálisis de la gestión que se vivió en las horas más intensas de la pelea por los resortes de la economía y la necesidad de efectuar un ajuste que cumpla con las metas del FMI. Justamente, son dos ítems que cualquier militante perjuraría que quedarían excluidos de todo manual peronista. CFK apeló a la épica de los “doce años del mejor gobierno que TUVO la Argentina” para despegarse del gobierno del ajuste que TIENE la Argentina. El elefante no es ni verde, ni rosa, es fosforescente y esta enfrente de todosLa situación lo amerita.  

(*) El autor es director diario digital Diputados Bonaerenses.

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