En el marco de la cumbre del G7 que se realiza en Alemania, el presidente Alberto Fernández mantuvo una reunión con el primer ministro británico, Boris Johnson, donde le aclaró que no existe la posibilidad de avances en acuerdos bilaterales mientras no se comience una negociación por la soberanía de las Islas Malvinas.
En un contexto internacional de crisis en materia de alimentos a raíz de la invasión rusa en Ucrania, el mandatario europeo planteó la posibilidad de realizar inversiones en Argentina con la compra de granos.
Según precisaron fuentes oficiales, Fernández respondió que no existe posibilidad de avance de no mediar una negociación por la soberanía de las Islas Malvinas, tras lo cual reiteró que la Argentina está lista para retomar el diálogo de acuerdo con las resoluciones de Naciones Unidas.
Ante esto, Johnson se mostró reacio a profundizar conversaciones diplomáticas e indicó que el tema se encuentra cerrado hace 40 años, tras lo cual defendió la autodeterminación de los isleños. “Lo mismo que pensamos para Ucrania vale para Malvinas”, agregó.
En respuesta, Fernández le aclaró que son temas distintos y que el Comité de Descolonización de la ONU vota, año tras año, la resolución que manda a una negociación entre las partes.
Además, el mandatario argentino le transmitió a Johnson la importancia del restablecimiento de los vuelos regulares a cargo de la línea de bandera entre las islas y el territorio continental argentino, puesto que resulta fundamental para consolidar la confianza en la relación bilateral entre ambos países.
Por último, los jefes de estado de Argentina y del Reino Unido conversaron también sobre la situación en Ucrania, y la importancia de fortalecer mecanismos globales para paliar los efectos de la guerra.
Previo a la reunión bilateral con el primer ministro del Reino Unido, Alberto Fernández dio su primer discurso ante los líderes de la Cumbre del G7, donde pidió el “cese de hostilidades” entre Rusia y Ucrania, países que se encuentran en guerra desde hace más de cuatro meses.
A su vez, el presidente argentino en su discurso ante los participantes del G7 abogó “por la construcción de una nueva arquitectura financiera internacional que incluya a las periferias del mundo”.
