La Justicia hizo lugar a un pedido de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y dictó un fallo que puso freno a la irrupción de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) en el futbol, que venía impulsando el Gobierno de Javier Milei.
El Juzgado Federal de Mercedes otorgó una medida cautelar solicitada por la AFA y suspendió los efectos de los artículos 335 y 345 del DNU 70/2023, como así también la Reglamentación de las SAD que habilitaba a que los clubes puedan incorporar accionistas privados.
A mediados de agosto de este año, el Gobierno nacional volvió a desafiar a la AFA con un nuevo avance para que los clubes puedan ser privatizados mediante el formato de SAD. A través del Decreto 730/2024 modificó la estructura jurídica de las instituciones deportivas.
Esta medida va en contra del estatuto vigente de AFA, que destaca que todos los integrantes deben ser sociedades sin fines de lucro. Por lo tanto, de implementarse las SAD, podría generar severas sanciones por parte de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado) ya que los artículos 14 y 15 establecen que “las federaciones miembro deben ser administradas de forma independiente y procurar que no se produzca ninguna injerencia por parte de terceros en sus asuntos internos”.
El decreto oficial establecía que los clubes y asociaciones no podrán ser excluidos de competiciones por su forma jurídica, aunque desde AFA consideran que este tipo de cambios amenazan con transformar la esencia del fútbol en Argentina, donde los clubes funcionan como pilares fundamentales de la sociedad.
SAD en el fútbol argentino: La opinión de Claudio “Chiqui” Tapia
Cuando el Gobierno publicó el decreto que reglamenta las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), el presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Claudio “Chiqui” Tapia cuestionó la medida durante un discurso ante los dirigentes de la Primera Nacional.
“No es lo que queremos y representamos”, expresó Tapia, en contra de lo dispuesto por el gobierno de Javier Milei. El titular de la AFA subrayó que el fútbol argentino ya tiene modelo sólido basado en las asociaciones civiles sin fines de lucro y que la segunda categoría es la mejor representación de dicho modelo.
El dirigente deportivo destacó además que las SAD no son una solución para el fútbol argentino y solo intentan “ser dueños de los clubes y los jugadores”, algo que no permitirá el actual modelo de gestión. “Por más que intenten cambiarnos con decretos, buscando debilitar al fútbol argentino, seguiremos defendiendo lo que venimos defendiendo hace años”, concluyó Tapia.
Además está presente la injerencia de la FIFA, que establece que los órganos de las federaciones participantes se designarán únicamente mediante elección o nombramiento interno bajo un procedimiento electoral democrático. El ente presidido por Gianni Infantino no reconocerá a ningún órgano ni las decisiones tomadas por el mismo de una federación miembro que no haya sido elegido o nombrado mediante elección o nombramiento interno.
La normativa dispone que los reglamentos de todas las federaciones deben ser neutrales, independientes y prevenidas de injerencias políticas, garantizando completa autonomía especialmente en los órganos judiciales. En esta línea, el artículo 19 recalca de manera terminante: “Todas las federaciones miembro administrarán sus asuntos de forma independiente y sin la injerencia de terceros”, reza el apartado de la FIFA.
La intromisión de un gobierno en el ámbito de una asociación miembro de la FIFA supone penas que podrían ir desde la suspensión de la federación nacional afectada hasta la exclusión de todas las competiciones internacionales de las selecciones del país involucrado, como también la pérdida de beneficios económicos y deportivos.
En concreto, en el ámbito deportivo, no habría torneos en la Argentina, los equipos no podrían presentarse a jugar ningún torneo oficial, la Selección Argentina dejaría de competir y la AFA quedaría “bloqueada” para realizar cualquier tratativa económica o deportiva a nivel nacional e internacional. Todo esto significa la paralización absoluta del fútbol argentino en todos sus estamentos, una situación a la que por supuesto no quiere, y tampoco le conviene, llegar al gobierno de Milei.