Fases del nuevo liderazgo de Axel Kicillof

(*) Por Mariano Berro Methol

Axel Kicillof está rompiendo los esquemas del lugar de donde viene, La Cámpora, la cuna kirchnerista. Así comienza a diferenciarse en cuanto a lo que es el liderazgo político. Este cambio no implica pensar igual que sus opositores, sino generar diálogo y consensos para gobernar.  

Este giro narrativo, no solo le permitió ser reelecto como gobernador de la provincia de Buenos Aires, sino que también contrarrestar el avasallante triunfo libertario a nivel nacional. Se mantuvo en pie, pese a que en muchos territorios donde gobernaba el kirchnerismo/peronismo se perdieron.

El Gobernador se está diferenciando y abre el juego, pero también el diálogo. Asistir a una reunión de gobernadores en Casa Rosada que convocó el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete de la Nación, Nicolás Posee, y luego ser elogiado por sus pares de diverso signo político no es un dato menor.

La reunión de Kicillof

En esa tertulia que se mantuvo en Casa Rosada Axel Kicillof se puso el “traje de Gobernador” y planteó concretamente los pedidos al gobierno central. Es decir: que la Nación le reponga a la provincia de Buenos Aires los recursos del Tesoro que no le está enviando y restituya diversos fondos que percibía hasta ahora, también interrumpidos desde la llegada de Javier Milei a la Presidencia. Ese fue el reclamo del Gobernador. Pero la gran diferencia es que se expresó con un clima de cordialidad. Una gran discrepancia a la confrontación permanente.

Este gesto no implica que Kicillof piense igual que Milei, sino que las formas de liderazgo -como se suele decir “la está llevando para su molino”-, muestran que emana un estilo de conducción diferente. Se trata, justamente, de un liderazgo que necesita el espacio político que lo vio nacer, porque se perdió y diluyó y lo real es que otros referentes dentro del partido político – kirchnerismo/peronismo, no lo han demostrado no han logrado.

A su modo, Kicillof se logra destacar y generar diálogo.

El mandatario bonaerense tiene una característica particular que también lo destaca: critica políticas de gobierno, no a las personas, no es personalista en su decir, y las políticas a las que se opone giran en cuanto vayan contra los bonaerenses. No le habla al político, les habla a las medidas que toman los políticos donde marca su diferencia pero no desde lo personal.

El conflicto del narcotráfico y la postura del Gobernador

Otro signo de liderazgo fuerte de Kicillof fue la ayuda que destinó a la provincia de Santa Fe para combatir el flagelo del narcotráfico en Rosario. Este aporte bonaerense fue confirmado por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, quien a través de su cuenta de X, precisó en qué consistirá la asistencia de la provincia que gobierna Kicillof.

“Aunando esfuerzos. Buenos Aires se suma a la lucha contra el narcoterrorismo en Rosario, aportando vehículos, drones, helicópteros y otros medios logísticos”, manifestó la ministra de Milei. “Además, estamos estudiando el envío de personal de fuerzas especiales de la provincia para que ayuden a superar la crisis que está sufriendo Santa Fe”, agregó.

Este accionar tampoco es menor, porque Kicillof también está ocupado en construir un liderazgo pensando a largo plazo. Otra habilidad que tiene el Gobernador es que tiene claro que su construcción de liderazgo es de cara al futuro, por más que después tenga que competir con políticos de su mismo espacio.

Muchas veces los tiempos que tiene la política son más vertiginosos y hacen que se busque tomar definiciones que muchas veces son equivocadas por la inmediatez que se les exige, pero Kicillof se muestra cauto y entiende que tiene que construir su liderazgo y reconstruir las formas y liderazgos dentro de su espacio político.   

(*) Mariano Berro Methol es consultor uruguayo. Coach, especializado en entrenamiento de líderes y equipos. Consultor Político con experiencia en procesos latinoamericanos.