En las últimas horas, y en el marco del último reporte de Perspectivas Económicas Mundiales formulado por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el organismo internacional pronosticó que el Producto Bruto Interno (PBI) de la Argentina caerá un 2,5% durante el 2023, en medio de un contexto de lenta recuperación por los impactos de la pandemia y la guerra en Ucrania.
De esta manera, en el reporte presentado por el FMI en la antesala de la Asamblea Anual del organismo con el Banco Mundial que tendrá lugar durante toda esta semana en Marruecos, ambas instituciones financieras coincidieron en que la economía de la Argentina caerá un 2,5% respecto del año anterior.
Es preciso mencionar que, el reporte al que el FMI denominó “Navegando las divergencias”, pronosticó en cuanto a los precios, otros de los indicadores macroeconómicos que sigue el organismo internacional prestamista para los 190 países miembro, que la Argentina cerrará el 2023 con una inflación del 135,7%.
En tanto, el FMI estima que para el resto del mundo el crecimiento se desacelerará de 3,5% en 2022 a 3% en 2023 y 2,9% en 2024, mientras que las proyecciones permanecen por debajo del promedio histórico 2000 – 2019 de 3,8%, y el pronóstico para 2024 ha sido rebajado en 0,1% respecto de la actualización de julio de 2023 de Perspectivas Económicas Mundiales.
En lo que respecta a la economía a nivel regional, el FMI espera que las economías de Chile y Haití se contraigan en el 2023, en plena coincidencia con las previsiones recientes de otros organismos internacionales como el Banco Mundial o la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ya que el mismo Fondo contempla una recesión del 0,5% y 1,5% en ambos países.
En paralelo, la proyección de crecimiento del PBI para Brasil pronosticado por el FMI fue mejorada en un punto, hasta 3,1%, ya que atiende al buen desempeño económico en los dos primeros trimestres del año. Un escenario similar se da en México, donde el organismo contempló una mejora de seis décimas hasta el 3,2%.
Cabe destacar que, el FMI expresa sus proyecciones de crecimiento o descenso de las distintas economías monetarias teniendo en cuenta la recuperación mundial tras la pandemia de Covid-19 y la invasión de Rusia en Ucrania, que se da de una manera lenta y desigual en los diversos países desarrollados y subdesarrollados.
A pesar de la recomposición mostrada por las finanzas a comienzos de este año, que además contó con un repunte importante debido a la reapertura de las economías mundiales tras la pandemia y los avances en la reducción de la inflación desde sus niveles máximos del pasado año, el FMI consideró que “aún es demasiado pronto para reconfortarse”.
De esta manera, las autoridades del FMI señalaron que la “actividad económica está todavía por debajo de su trayectoria anterior a la pandemia, en especial en las economías de mercados emergentes y en desarrollo, y existen divergencias crecientes entre las regiones, por lo que varias fuerzas están frenando la recuperación”.
En última instancia, tanto el FMI como el Banco Mundial prevén que la inflación a nivel internacional se reduzca a un ritmo constante, de 8,7% en 2022 a 6,9% en 2023 y 5,8% en 2024, aunque los pronósticos para 2023 y 2024 se han revisado al alza en 0,1 puntos porcentuales y 0,6 puntos porcentuales respectivamente, y no se previene que la inflación retorne al nivel fijado como meta hasta 2025.