Este martes comienza el juicio al espía infiltrado en la Agencia Rodolfo Walsh, el “Pelado” Américo Balbuena, quien trabajó durante 2002 y 2013 para el Cuerpo de Informaciones de la Policía Federal, hasta que fue descubierto por sus compañeros de trabajo.
El juicio oral y público, que tendrá lugar en Comodoro Py, contará con tres audiencias que se llevarán a cabo este martes, el miércoles 15 y el jueves 16 de marzo, para juzgar al infiltrado en la Agencia Rodolfo Walsh y a sus dos jefes, Alejandro Sánchez y Alfonso Ustares.
Por su parte, los jefes de Balbuena, Sánchez y Ustares, formaban parte de la División Análisis de Seguridad Interior de la Policía Federal, título que se utilizaba como pantalla del Cuerpo de informaciones, cuyos agentes también son conocidos como “los plumas” dentro del círculo de inteligencia.
Después de un proceso judicial que duró diez años, el juez federal Daniel Rafecas definirá este martes la sentencia a Balbuena, quien está acusado del delito de abuso de autoridad de funcionario público por haber desarrollado tareas de inteligencia con el objetivo de obtener información sobre integrantes de distintas organizaciones, en infracción a la ley de Inteligencia, haciéndose pasar por periodista en la Agencia Rodolfo Walsh.
Balbuena, consiguió infiltrarse después de varios intentos en otros medios, en la Agencia Rodolfo Walsh en 2002, después de reencontrarse con su amigo de la infancia, Rodolfo Grinberg, en la Escuela Terciaria de Estudios Radiofónicos (ETER).
A partir de ese momento, el policía infiltrado era el primero en llegar y el último en irse de cada acción que se convocaba desde organizaciones populares, con el objetivo de conseguir la mayor cantidad de información sobre decisiones, opiniones políticas, planes de acción y dirigentes.
A pesar de haber encontrado fichas que detallaban perfiles de militantes políticos en un allanamiento a las oficinas del Cuerpo de Informaciones, Balbuena declaró en 2018 que se retiró de la Policía Federal en 2014. En ese sentido, le dijo al juez federal Sergio Torres que “la actividad que realizaba era un hobby personal, sin ninguna relación laboral” y que lo hacía “fuera de horario de servicio y sin interferir con el mismo”.
La investigación contra el policía infiltrado, que data hace una década, está encabezada por la diputada y abogada Myriam Bregman junto a los abogados Matías Aufieri y Liliana Mazea de la agrupación Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH). De esta manera, la causa contra Balbuena también cuenta con el acompañamiento de las organizaciones que integran el Encuentro Memoria Verdad y Justicia (EMVJ).
Entre los denunciantes se encuentran los dirigentes del Frente de Izquierda, Christian Castillo, Vilma Ripoll, Juan Carlos Giordano y Néstor Pitrola. También el delegado del subte línea B, Claudio Dellecarbonara, los referentes de derechos humanos, Carlos “Sueco” Lordkipanidse, Diana Kordon, Graciela Roseblum y Cachito Fukman. Asimismo, se presentaron a denunciar a Balbuena quienes eran sus compañeros de trabajo, Oscar Castelnuovo y Rodolfo Grinberg.
