Luego de las quejas esgrimidas por los diputados bonaerenses de Juntos al nuevo protocolo Covid “Aula segura”, que estableció desde el inicio de las clases el uso de barbijo obligatorio en los 135 municipios de la provincia, el Gobierno provincial confirmó que evalúa dar marcha atrás.
Es que, el ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, afirmó que se evalúa la posibilidad de que los alumnos dejen de utilizar barbijos en las aulas de las escuelas de la provincia en caso de que no haya un aumento de casos de coronavirus durante abril, cuando se prevé una baja de las temperaturas, y destacó que no se detectó una suba de contagios con el inicio de las clases.
“Si vemos que pasadas las semanas de frío no vuelve a aumentar el coronavirus, se va a hablar de sacar los barbijos de las aulas, vamos a analizar todo el mes de abril porque en marzo venimos bien, si abril sigue igual, se podrá proponer”, adelantó Kreplak.
Al repasar la situación epidemiológica en relación a las clases, el ministro precisó que no hubo un impacto en el aumento de casos de covid, lo que adjudicó a “las medidas de cuidado como la ventilación de las aulas y el uso de barbijo”, pero advirtió que “habrá que ver cuando llegue el frío”.
Kreplak hizo estas declaraciones en el contexto de una suba de casos de Gripe A en la provincia, causada, según dijo, por un relajamiento de los cuidados sanitarios que hicieron que volvieran “a circular enfermedades respiratorias que, aunque no son tan contagiosas como el coronavirus se contagian fuera de tiempo”.
Cabe señalar, que a principios de febrero el Gobierno nacional oficializó el nuevo protocolo Covid “Aula segura” para el inicio de clases al que cada provincia se podía amoldar según la realidad epidemiológica de cada una.
En la previa al inicio de clases, el director General de Cultura y Educación, Alberto Sileoni, había adelantado que en la provincia permanecería vigente el distanciamiento social y el uso de barbijos en las aulas.
En este contexto, diputados bonaerenses de Juntos recogieron el guante y presionaron para que se modifique esta decisión, al entender que hay distritos dentro de la provincia que no poseen altos conglomerados de gente, por lo que el uso de los barbijos se podría evitar.
Una de las primeras en refirirse a la problemática fue la diputada radical Vanesa Zuccari, quien esta mañana expresó que la gestión provincial es la del “vamos viendo”. “Mientras tanto siguen sometiendo y castigando a los chicos, el grupo etario más perjudicado desde el inicio de la pandemia. El barbijo es un obstáculo, los condiciona. Terminemos con la hipocresía”, apuntó.
Días atrás, la legisladora de Juntos manifestó a Diputados Bonaerenses que no tiene ningún sentido “obligar a los alumnos a usar el tapaboca en municipios que no hay circulación del virus” y pidió “no caer en la generalidad de lo que ocurre en el AMBA”.
“Conversemos, vayamos a buscar a los que saben, investiguemos y paremos con las generalidades, porque la Provincia tiene la posibilidad de aplicar lo que crea conveniente, de hecho en la Ciudad no va haber uso de barbijos y tampoco aislamientos”, argumentó Zuccari en la víspera del comienzo de las clases.
En la misma línea opinó su compañero de bloque, Sergio Siciliano, quien esbozó a este medio que “la Provincia sigue atrasando y no escuchando a los padres ni a los especialistas, creíamos que el cambio de ministro iba a traer una nueva mirada, con mayor apertura y diálogo”.
“Creo que se equivocan por el desconocimiento que tienen de la educación y por no considerar la diversidad y la riqueza que tiene la provincia. No contemplar las diferentes realidades es un error”, arremetió el diputado Siciliano.
Cómo es el nuevo protocolo covid en las escuelas
Si bien para este nuevo ciclo lectivo se eliminaron las “burbujas” en las escuelas, el protocolo exige el uso correcto de barbijos a todos los estudiantes desde primer grado, docentes y no docentes en la provincia de Buenos Aires.
De igual modo, se recomienda mantener la distancia social y la ventilación cruzada en los establecimientos y la higiene regular de manos.
A su vez, el Gobierno bonaerense incorporó 33.000 sensores de dióxido de carbono para monitorear el aire en los espacios cerrados y proveyó de barbijos a las escuelas.
