La disputa política entre el gobierno de Axel Kicillof y la gestión del intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro, llegó al Tribunal de Cuentas bonaerense que lidera el kicillofista, Federico Thea. El alcalde del Pro fue multado por austero y lo quieren obligar a cobrar la antigüedad en el cargo, un aporte que resignó desde el inicio de su gestión.
La interpelación de Thea, el hombre de confianza de Kicillof y custodio de su firma durante la primera mitad de su mandato en la Gobernación, es sólo una muestra de los aprietes que lleva adelante el Tribunal de Cuentas bonaerense contra los municipios opositores.
La jugada, quedó expuesta en las últimas horas por una publicación en redes sociales de la diputada marplatense, Johanna Panebianco. “Por renunciar al pago de antigüedad, el Tribunal de Cuentas de la Provincia multó a Montenegro. Lo castigan por cuidar la plata de los marplatenses y ser austero. La locura es total”, cuestionó.
Vale recordar, que al asumir la intendencia de General Pueyrredón en diciembre de 2019, Montenegro decidió reducir un 20% su sueldo y un 15% el de sus funcionarios. En tanto, en octubre del año pasado jefe Comunal se bajó un 30% el sueldo y redujo un 20% el de la planta política.
A tres años del inicio de una política marcada por la austeridad de la gestión pública, el Tribunal de Cuentas bonaerense de Thea observó administrativamente la renuncia a la antigüedad que presentó Montenegro por ese entonces. “Aunque a algunos les moleste, vamos a seguir cuidando los recursos de los marplatenses”, disparó uno de los concejales que responde al mandamás.
En tanto, Montenegro también les respondió al ente provincial. Si bien compartió el criterio de la Subsecretaria Legal, Técnica y Administrativa, en función del art. 125 de la Ley Orgánica de la Municipalidades que establece que “corresponde el pago de la antigüedad municipal exclusivamente”, no resignó su postura.
En una misiva dirigida al Tribunal de Cuentas bonaerense, el mandamás aclaró que “es mi responsabilidad y función como intendente la austeridad es, fue y será siempre una guía, porque ante todo entiendo que me rige el compromiso de administrar recursos que no son míos ni de un municipio, sino de los vecinos”.
“Por lo tanto, toda vez que pueda tomar decisiones en ese sentido lo voy hacer, como desde el primer día hice, e instruí a toda la planta política a donar parte de nuestros sueldos, entre otras medidas”, desafió Montenegro, en la primera cruzada entre las partes.
