Este primer lunes del año comenzó el juicio por el asesinato a Fernando Báez Sosa en el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 en Dolores y la primera novedad judicial fue el rechazo a las nulidades presentadas por la defensa de los ocho rugbiers imputados.
En un primer momento, el abogado defensor, Hugo Tomei, que representa a los rugbiers, pidió anular el debate. “Lo vengo diciendo desde hace tres años: no hay sentencia válida si el proceso no sigue los lineamientos de la constitución”, dijo.
Sin embargo, después de una hora y media de cuarto intermedio, la presidenta del Tribunal, María Claudia Castro, rechazó de manera unánime el pedido de nulidad porque consideró que no hubo tal vulneración durante la detención a los rugbiers.
Por otro lado, Tomei, cuestionó la imputación colectiva a los rugbiers porque la consideró “indeterminada” y sostuvo que no queda claro de que se los acusa. El abogado dijo que no entendió a qué se refiere la querella al “hablar de emboscada”.
En este sentido, el abogado defensor pidió la reestructuración del proceso para definir la defensa de los ocho rugbiers. “Si no conozco de qué se tiene que defender cada uno de ellos no puedo hacer mi trabajo”, siguió Tomei.
Los argumentos que llevó la defensa de los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa ya habían sido planteados con anterioridad en la Cámara de Apelaciones de Dolores y en el Tribunal de Casación, pero, al no presentar nuevos elementos, se volvieron a rechazar.
La declaración de la mamá de Fernando Báez Sosa
La mamá de Fernando Báez Sosa, Graciela Sosa, fue la primera testigo del juicio. “No entiendo, no comprendo cómo chicos de la edad de Fer le hicieron esto. Lo atacaron en la espalda y le reventaron la cabeza”, dijo quebrada en llanto.
En su testimonio, Graciela Sosa destacó que los rubiers no tuvieron motivos para matar a su hijo. “Fer nunca discriminaba a nadie. No le tuvieron piedad. Me duele tanto lo que le hicieron. Lo llamaban negro. No era así, era mi príncipe”, relató.
El crimen a Fernando Báez Sosa ocurrió en Villa Gesell el 18 de enero de 2020. Ese fatídico día, Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli y Blas Cinalli, lo agarraron por la espalda para empezar a golpearlo.
Mientras eso pasaba, los otros rugbiers, Ayrton Viollaz, Lucas y Luciano Pertossi hicieron cordón para que los amigos de Fernando Báez Sosa no pudieran rescatarlo de la paliza mortal.
Por estas horas, los rugbiers están detenidos e imputados por el delito “homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. La familia de Fernando Báez Sosa pide la condena máxima para los rugbiers.