jueves, abril 25, 2024

San Clemente: el oscuro prontuario de la comisaría del horror

Dos años antes de la muerte de Alejandro Martínez, el titular de la seccional 3ra de San Clemente del Tuyú había sido apartado del cargo acusado de torturar a una mujer.

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Dos años antes de la sospechosa muerte de Alejandro Martínez, el hombre que fue detenido el jueves pasado en el hotel céntrico por generar “disturbios” y horas después terminó muerto en una celda, la seccional 3ra de San Clemente del Tuyú anotó un escalofriante antecedente.

 Gisela Knorr en 2019 denunció torturas en la comisaría de San Clemente.
Gisela Knorr en 2019 denunció torturas en la comisaría de San Clemente.

En octubre de 2019, Gisela Knorr (35) fue detenida por efectivos de esa dependencia tras protagonizar un accidente de tránsito menor, en el que, a bordo de una moto y en contramano, golpeó el espejo de un auto que salía de un hotel. La mujer terminó detenida y recibió una brutal golpiza en la seccional 3ra de San Clemente del Tuyú.

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Días después, Gisela logró identificar a uno de los autores de la brutal agresión como “un hombre alto, vestido de remera blanca con un logo en el medio, camisa a cuadrillé y jeans”. Se trataba nada más ni nada menos que el titular de la comisaría de San Clemente, el comisario Roberto Fernando Romero, que luego fue apartado del cargo.

La seccional 3ra de San Clemente del Tuyú.
La seccional 3ra de San Clemente del Tuyú.

En ese momento, Gisela luchaba contra la adicción a la drogas con un tratamiento que incluía el suministro de medicación psiquiátrica. Al verse encerrada y esposada en la comisaría de San Clemente, la mujer empezó a pedir desesperadamente a los gritos que necesitaba cuanto antes sus remedios.

La única manera que Gisela encontró de llamar la atención de los efectivos de la comisaria de San Clemente fue golpeando con puños y patadas la puerta de la celda. Nada servía, hasta que de un momento a otro, se desarrolló el grave episodio de violencia, que figura como un trágico antecedente a la muerte de Alejandro Martínez.

  Imágenes de Gisela Knorr en 2019 después de la denuncia al titular de la comisaría de San Clemente.
Imágenes de Gisela Knorr en 2019 después de la denuncia al titular de la comisaría de San Clemente.

“Quién es la loquita que grita”, habría dicho el comisario Romero para luego ingresar al calabozo y golpear a la detenida. “Gisela quedó de rodillas y luego le dio no sé cuántas piñas más. Le desfiguró la cara”, contó en su momento su hermana, Noelia, quien hizo la denuncia por “violencia institucional” ante la UFID N° 1 de la jurisdicción.

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Como producto de la denuncia el fiscal Gustavo Mascioli calificó por los delitos de vejaciones y apremios ilegales. “Yo te voy a enseñar cómo se respeta a la comisaría, yegua hija de puta, drogona de mierda”, fueron parte de los insultos que el titular de la comisaría de San Clemente le habría destinado a Gisela.

En ese momento, la mujer perdió prácticamente el conocimiento y fue llevada al Hospital Municipal de San Clemente del Tuyú, donde quedó internada y fue entrevistada por un equipo de psicólogos. En ese momento los efectivos de la Policía Bonaerense intentaron instalar que la detenida se había golpeado sola.

“Lo que menos quiero es tirarme en contra de alguien, pero lo que pasó con mi hermana es verdad y la policía mintió. Están las denuncias y están los nombres”, sostuvo la familiar de la mujer que presuntamente fue torturada en la comisaría de San Clemente durante finales de 2019.

Muerte en la comisaría de San Clemente: la relación de ambos casos

Gisela, la mujer presuntamente torturada hace dos años en la comisaría de San Clemente, debería haber tenido un trato completamente diferente, al igual que Alejandro Martínez, el hombre encontrado muerto en la celda de la seccional 3ra de ese distrito el jueves pasado.

En el caso de la mujer, tal como lo establece la ley de salud mental, los policías bonaerenses deberían haber avisado a sus familiares y dado intervención inmediata a los servicios de salud, pero, en cambio, la esposaron, trasladaron, y supuestamente torturaron en la comisaría de San Clemente.

En tanto, en la muerte de Alejandro Martínez, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) denunció una situación de negligencia policial similar. “Según lo que se desprende del relato policial, la víctima se encontraba bajo un cuadro de padecimiento mental que debía ser abordado de manera específica por personal del Ministerio de Salud”, marcó.

Sin embargo, la CPM objetó que “una vez más, y como hemos denunciado en tantos otros casos, se muestra la ausencia de protocolos y estrategias de este tipo en los agentes policiales, prevaleciendo siempre la violencia como modo de abordaje de estas situaciones conflictivas”. 

“Esa violencia desplegada como única estrategia de intervención termina en la muerte o torturas de personas que padecen una enfermedad. Martínez se encontraba bajo custodia de los funcionarios que debieron cuidarlo y dejarlo en manos de personal de salud y de ningún modo detenerlo y alojarlo en la comisaría”, enfatizó la CPM.

En los dos casos ocurridos en la comisaría de San Clemente las víctimas fueron personas que requerían una intervención médica adecuada, compatible con la ley de salud mental, pero lejos fueron encerrados en una celda, maltratados y violentados por los efectivos de la Policía Bonaerense. Demasiada coincidencia.

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