Aún con la consternación a flor de piel que significó el crimen de Kim Gómez, la nena de 7 años de La Plata que fue asesinada en un intento de robo de un auto el martes pasado, y con la seguidilla de críticas opositoras que recibe Axel Kicillof por la ola de muertes en el Conurbano, el Senado bonaerense estaría muy cerca de reactivar su comisión de Seguridad para apurar proyectos y pedidos de informes que se encuentran cajoneados desde hace varios meses.
Según pudo saber este medio de la boca de uno de los senadores miembro de la comisión de Seguridad, el próximo jueves a las 11 el cuerpo parlamentario que preside el libertario Joaquín de la Torre podría llegar a tener su reunión inicial. Justamente, este sería uno de los primeros movimientos de la Legislatura bonaerense, ya que tendría lugar en el día 1 del período de sesiones ordinarias, apenas unas horas después de que Kicillof tenga su discurso ante la Asamblea Legislativa.
Si bien el temario que tendría la comisión de Seguridad es un misterio, se presume que gran parte de la intervención de los legisladores rondará sobre la ola de crímenes que tuvieron lugar en el Conurbano bonaerense, un debate que, en gran parte, estará motorizado por el caso de Kim Gómez. De esta forma, los pedidos de informes y proyectos de ley que presentó el oficialismo y, por sobretodo, la oposición, podrían comenzar a ser tratados la semana que viene.
No obstante, a pesar de que la Presidencia de la comisión de Seguridad pertenece a un alfil de La Libertad Avanza como De La Torre, el peronismo tiene mayoría gracias a la presencia de Walter Torchio como Vicepresidente, y de Amira Curi, Teresa García, Adrián Santarelli, María Elena Defunchio y Sergio Berni como vocales. En este contexto, aún con las intenciones de la oposición de saltarle al cuello a Kicillof por el asesinato de Kim Gómez, Unión por la Patria puede voltear la sesión del cuerpo.
Por caso, si finalmente es convocada la sesión por De La Torre, tanto él como los amarillos Marcelo “Chuby” Leguizamón y Aldana Ahumada, y las radicales Flavia Delmonte y Eugenia Gil, corren el riesgo de que sus deseos de poner la inseguridad en la agenda legislativa a través del dictamen de iniciativas, sean truncados por los senadores de Unión por la Patria.

Del lado celeste de la comisión de Seguridad, el peronismo sabe que los cuestionamientos por la inseguridad son la peor noticia que puede recibir Kicillof, más teniendo en cuenta que pueden entorpecer la agenda de actos electorales que planea emprender en estos meses. Sin embargo, es casi imposible mirar para otro lado, no solo por la ola de robos en el Conurbano, sino también por la larga pila de textos parlamentarios que esperan despacho.
Es que, el año pasado la comisión de Seguridad del Senado bonaerense sufrió una extensa parálisis debido a la falta de acuerdo dentro del peronismo para definir a su principal autoridad. De hecho, recién quedó conformada en agosto y su primera reunión sucedió en septiembre, mientras otros cuerpos ya iban por su quinta o sexta audiencia.
Aunque en un principio el sillón de la comisión iba a ser para el exministro de Seguridad y ahora senador, Sergio Berni, a último momento el legislador peronista decidió demorar su designación como represalia por no haber sido elegido como Vicepresidente 1° de la Cámara alta. Tras seis meses de incógnita, en la que ningún proyecto fue analizado y despachado, la titularidad quedó para de la Torre, que se hizo cargo de un cuerpo completamente desfasado con respecto a los demás espacios del Senado.
La lluvia de críticas del arco opositor y de la ciudadanía por la muerte de Kim Gómez pareciera haber caído como una trompada para Gobernación, y la misión del arco peronista será lograr que el gancho no signifique un tempranero knock out para Kicillof, a 8 meses de las elecciones nacionales y a falta de una fecha para los comicios bonaerenses. En tanto, la oposición pareciera haber encontrado una oportunidad ideal para arrinconar al Gobernador en una de las esquinas del ring, cuyo primer round se aproxima a dirimirse en la comisión de Seguridad.
La historia de la parálisis de la comisión de Seguridad del Senado bonaerense
A principios del 2024, en la época extraordinaria del Senado bonaerense, la comisión de Seguridad era reclamada por la por entonces senadora del PRO, Florencia Arietto, pero su salto a la bancada libertaria hizo que su deseo perdiera valor. A partir de allí, la silla quedó reservada para Berni, quien sería el presidente “natural” del cuerpo por venir de ocupar la jefatura del Ministerio de Seguridad de la provincia de Buenos Aires y por haber ubicado en ese cargo Javier Alonso, un hombre propio.
No obstante, Berni decidió demorar a propósito su designación al frente de la comisión de Seguridad ya que las autoridades legislativas no hicieron caso a su pedido de ser elegido como Vicepresidente 1° del Senado bonaerense, título que se quedó el legislador Luis Vivona, quien revalidó el cargo por segundo período consecutivo.
Debido al capricho del senador bonaerense, la comisión de Seguridad quedó notoriamente desfasada de los demás espacios de la Cámara alta provincial, que además de haber tenido varios encuentros a lo largo del año incluso ya elevaron numerosos proyectos al recinto.


En ese marco, la falta de actividad en tan importante casilla del Senado bonaerense no solo complicó a la institución conducida por la vicegobernadora Magario, sino también a toda la Legislatura, ya que ningún proyecto sobre seguridad puede ser sancionado si esta comisión no emite los dictámenes necesarios para que las iniciativas queden en condiciones de ser debatidas.
Incluso, la infantilidad de Berni no quedó puertas adentro de las reuniones del bloque peronista, sino que quedó a la vista de propios y ajenos en la sesión del Senado bonaerense de finales de mayo, en la que la Cámara alta aprobó unos 46 pliegos judiciales. Resentido por haberse quedado con las manos vacías, ya que también pretendió adueñarse de la comisión de Acuerdos Constitucionales y Acuerdos (ACA) que finalmente fue a parar para el camporista Emmanuel González Santalla, el exfuncionario del gobernador Axel Kicillof se guardó un as bajo la manga.
En aquella oportunidad, segundos antes de que Magario de paso a la votación por los pliegos judiciales, Berni pidió la palabra para señalar que en el Orden del Día figuraba la frase “acuérdese aprobada por unanimidad”, a sabiendas de que su firma no aparecía en los 46 dictámenes necesarios para aprobar los nombramientos de los magistrados. Si bien la maniobra fue desarticulada por la propia García, quien se sienta literalmente al lado de la banca del exministro de Seguridad, la bomba explotó en la cara de la dirigencia peronista.


Recién a finales de agosto de 2024, habiendo transcurriendo 6 de los 9 meses del período legislativo ordinario, la comisión de Seguridad del Senado bonaerense comenzó a funcionar. Irónicamente, un año después este cuerpo parlamentario podría ser de los primeros en reactivarse, pero no por motus de la propia jefatura de la Cámara alta, sino por el fatídico caso de Kim Gómez.