La tregua entre el jefe de La Cámpora Máximo Kirchner y el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, que se gestó a comienzos de septiembre en la particular casa que el dirigente piquetero tiene en el barrio de Isidro Casanova, en La Matanza, se materializó en las últimas horas en el acto de Cristina Kirchner por el Día de la Militancia en el Estadio Único de La Plata.
Una delegación de integrantes del Movimiento Evita se mostró en el acto de la vice. Fue la primera vez que participan de un convite K desde la llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada, a quien defendieron en reiteradas oportunidades de las duras embestibas de Cristina Kirchner y de La Cámpora.
Por el Movimiento Evita pariciparon Gildo Onorato, secretario gremial de la Unión Trabajadores de la Economía Popular (UTEP); Mariel Fernández, intendenta de Moreno y pareja de Esteban “Gringo” Castro, el secretario general de la UTEP; el diputado nacional Leonardo Grosso; y Eduardo Ancona, el referente en la provincia de Buenos Aires, además de una treintena de concejales.
En tanto, al Estadio Único de La Plata, también arribó Daniel Menéndez, coordinador nacional de Somos Barrios de Pie, albertista y subsecretario de Políticas de Integración y Formación del Ministerio de Desarrollo Social, junto a otros varios cientos de militantes de su estructura social.
“El significado político es mandar un mensaje hacia el interior del Frente de Todos, evitar la confrontación interna”, explicaron fuera de micrófono desde el Movimiento Evita sobre la participación en el acto en el que Cristina Kirchnner sostuvo que se puede “volver a hacer una Argentina mejor” y sobre su candidatura expresó que todo “a su tiempo y armoniosamente”, como decía Juan Domingo Perón.
De acuerdo a lo poco que trascendió de la cena que permitió la presencia piquetera en La Plata, los términos de la tregua incluirían que el kirchnerismo duro brinde el aval para que la esposa de Emilio Pérsico, la diputada bonaerense Patricia “Colo” Cubría, pueda competir en las PASO de 2023 por la intendencia de La Matanza, contra el intendente peronista Fernando Espinoza.
“La moneda de cambio viene por La Matanza“, confiaron desde el entorno del Movimiento Evita a la agencia Noticias Argentinas, sobre la cena que compartieron el diputado nacional y presidente de La Cámpora con Pérsico y Patricia Cubría, que esta semana pegó el faltazo a la fallida sesión de la Cámara baja bonaerense en la que se intentaba tratar la reforma previsional del Banco Provincia.
“Se dieron cuenta de que el Movimiento Evita había hecho demasiado territorio en La Matanza y que Espinoza esta en caída libre. Lo invitan a los actos y le hacen creer que está todo bien, pero saben que el Evita ganó el territorio como lo hizo Mariel Fernández en Moreno”, enfatizaron.
En ese marco, desde la agrupación piquetera argumentaron que el distrito que gobierna Fernando Espinoza es “tierra arrasada”, ya que “fuera del Estado no hay un solo empleo formal y él no puedo dar vuelta esa situación ni mejorar otros problemas pendientes“.
Sin embargo, no es el único sector alineado al albertismo que se acercó al kirchnerismo duro que tendrá poder de veto en las listas. Por caso, Gabriel Katopodis, Juan Zabaleta y Jorge Ferraresi, todos con necesidad de renovar en sus distritos ensayaron un cambio de postura evidente.
Pese a eso, los movimientos del líder de La Cámpora no son lineales. Después de juntarse con Pérsico, Máximo Kirchner se fotografió muchas veces con Espinoza: el diputado es el titular del PJ bonaerense y el intendente es el presidente del congreso del partido a nivel provincial.
En La Cámpora aseguran que no hay un acuerdo subterráneo con el Movimiento Evita y advierten que “es muy prematuro” hacer cualquier especulación sobre el armado electoral de La Matanza, aunque consideran “lógico” que la agrupación piquetera quiera presentar a una candidata, por su presencia territorial.