Los productores agropecuarios bonaerenses destinan el 56,9% de las ganancias de sus cosechas al pago de impuestos al Estado en sus diferentes áreas, lo que genera conflictos al momento de prever la competitividad y desarrollo de las pymes.
En este sentido, la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA), remarcó que el número se desprende del promedio entre los impuestos nacionales (55,7%), provinciales (4,8%), municipales (0,9%) y los coparticipables (38,7%).
“¿A dónde van los $56,9 que recauda el Estado cada $100 de renta del campo?”, se preguntan desde la fundación, ya que la cantidad de retenciones que se cobran no se reflejan en políticas que los beneficien.
En tanto, los productores agrícolas de la provincia de Buenos Aires, son los que más renta financiera abonan al Estado, con el 58,8% de impuestos que se desprenden de sus cosechas.
“El acuerdo Mercosur-UE, amplía los mercados de Argentina, y da acceso a un mercado de alto poder adquisitivo. Pero para poder aprovechar las oportunidades tenemos que enfrentar los desafíos internos”, dijo David Mazzio, presidente de FADA.
Desde la FADA también discriminaron por cultivos, destacando que el 65,3% de la renta parte de la soja, el 46,4% del maíz, el 50,1% de la cosecha de trigo y la más elevada, del 70,1% del girasol.
“Las diferencias son por los impuestos, como el caso de soja que tiene 18% más de derechos de exportación, y por la renta que genera cada cultivo, a menor rentabilidad mayor participación relativa de los impuestos”, señaló Mazzio.
