Los vecinos de Tigre llevan adelante una verdadera cruzada para evitar que el Gobierno de la provincia de Buenos Aires construya una alcaidía arriba de un humedal. “Esta debería ser un área protegida”, dijo una de las protestantes, Virginia Bergara.
En rigor, las tierras destinadas a la alcaidía de Tigre fueron expropiadas por la Legislatura bonaerense, que en noviembre de 2022 sancionó un proyecto girado por el gobernador Axel Kicillof. La expropiación también alcanzó a los distritos de Quilmes, Merlo, Moreno y La Matanza.
De esta manera, la alcaidía de Kicillof en Tigre esta previsto que se construya en un predio de 33.728 metros cuadrados con 221 celdas, que tendrían cubierta una superficie de 5423 metros cuadrados y otros 599 metros cuadrados semicubiertos.
El objetivo de esta obra es cumplir con el fallo de la Corte Suprema de Justicia que ordenó tomar medidas concretas para resolver las condiciones de hacinamiento de los detenidos en las comisarías, y trasladarlos a alcaidías, como la que será construida sobre el humedal de Tigre.
Los vecinos de Tigre realizaron una serie de actividades para sumar adeptos al reclamo contra la alcaidía, como festivales y la creación de pancartas. En este sentido, se presentaron en las oficinas de la empresa Aysa, que tiene un predio lindero al humedal, para sumarla a la causa.
“Esta debería ser un área protegida. Las mismas autoridades hablaban de la importancia del humedal capaz de contener inundaciones. Pero ahora el discurso cambió. Nos dicen que se hizo un estudio de impacto ambiental, pero descreemos de su objetividad. Esto no es una alcaidía solamente, esto va a ser una penitenciaría”, expresó Bergara.
Los vecinos de Tigre, que tienen el apoyo de abogados ambientalistas, también criticaron al Gobierno que hizo campaña con ley de humedales y hasta el momento permanece cajoneada. “Estas tierras son un humedal, si existiera la ley, no se podría hacer el proyecto”, recalcaron.
En tanto, en el humedal de Tigre viven carpinchos, lagartos, cuises y aves, por lo que una construcción de esa magnitud afectaría directamente en la vida de la fauna de la zona. “Hay todo un ecosistema que vive en estas tierras y tiene una función ambiental”, criticó Yésica Weinberg, otra vecina de Tigre.
Vale destacar que, la construcción de alcaidías se replicará en otros distritos bonaerenses, donde los vecinos también mostraron oposición a las medidas del Gobierno provincial. En Escobar, la alcaidía estará ubicada a 20 kilómetros de la de Tigre. Allí, una vecina también se manifestó en contra debido a que se mudó a la zona por el verde, y ahora tendrá una cárcel a ocho cuadras de su casa.
“Es muy triste porque sentimos que nadie nos escucha. Dicen que se hicieron estudios de impacto ambiental, y cuando planteamos nuestro punto, manifiestan que nosotros discriminamos a los detenidos. Me gustaría saber si las autoridades quisieran tener a pocas cuadras de la casa en la que viven sus hijos una cárcel, con todo lo que eso implica”, dijo Nadia González.
