Este viernes, el juez federal, Marcelo Martínez de Giorgi, ordenó allanar la casa de Jorge José Bacigalupo, el hombre que tuvo bajo su custodia los cuadernos del chofer Oscar Centeno.
El allanamiento se realizó bajo la sospecha de que Bacigalupo pudo haber sido el autor de las sobreescrituras detectadas en las fotocopias de los cuadernos, ya que, a través de un peritaje oficial se comprobaron otras anotaciones además de las de Centeno.
“No puede descartarse una posible participación del nombrado en las alteraciones y/o modificaciones de los manuscritos cuestionados, cuya sospecha habilita a indagar en la recolección de otras pruebas válidas para el éxito de la investigación”, sostuvo Martínez de Giorgi al ordenar el allanamiento.
Vale mencionar, que la medida fue ordenada por Giorgi, luego de los resultados arrojados por la pericia privada realizada por el empresario Loson que reportaba “más de 1.600 alteraciones del texto original: 1.373 sobre escritos y 195 correcciones con líquido corrector, a la vez que pudieron visualizarse 55 enmiendas o testados, entre otras anomalías”.
En tanto, el allanamiento a la casa de Bacigalupo fue ejecutada por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en un edificio ubicado en la calle Moldes, en el barrio porteño de Belgrano.
El principal objetivo del allanamiento fue obtener todo tipo de anotaciones y manuscritos, como así también, secuestrar “dispositivos electrónicos” que permitan almacenar datos, informaron las fuentes consultadas.
Asimismo, el estudio pericial para intentar determinar de quién son las letras adicionales que aparecen en los cuadernos de Centeno, lo realizó el personal de la División Scopometría de la Policía Federal Argentina.
“Si bien se han advertido grafismos con ciertas relevancia pericial, las escrituras no cumplen con los requisitos intrínsecamente indispensables para la correcta y eficiente valoración, sumado a las limitaciones expuestas por el material aportado digitalmente, las mismas resultan insuficientes en calidad y en cantidad para determinar categóricamente si corresponden o no al puño escritor del nombrado”, sostuvieron los especialistas que intervinieron en el estudio.
Dado que, los registros caligráficos analizados de Hilda Horowitz, la ex mujer de Centeno, dieron negativo, la justicia abrió sospechas sobre Bacigalupo. “No puede descartarse una posible participación del nombrado en las alteraciones, la sospecha habilita a indagar en la recolección de otras pruebas para el éxito de la investigación”, indicaron desde la Justicia.
Vale recordar, que en Bacigalupo comenzó la polémica mediática de los cuadernos que luego se transformó en una megacausa judicial, a cargo del juez Claudio Bonadio. Por la misma, se acusó a la vicepresidenta, Cristina Kirchnner, de ser la jefa de una asociación ilícita que recaudaba coimas con los principales empresarios del país.
