En medio del persistente conflicto con los gremios aeronáuticos, el Gobierno de Javier Milei avanza en su intención de “desprenderse” de Aerolíneas Argentinas y oficializó este miércoles el anticipado decreto presidencial que deja a la empresa estatal “sujeta a privatización”.
En concreto, el decreto 873/24 fue publicado en el Boletín Oficial, en él la administración nacional declara “sujeta a privatización” a la aerolínea de bandera según los términos comprendidos en la Ley de Reforma del Estado. Esta resolución representa el paso previo a la venta de la firma, o la liquidación de las sociedades que le pertenecen al Estado argentino.
Si bien la normativa explicita que una definición de este calibre debe debatirse previamente en el Congreso nacional, ante la posibilidad de que se dilate la discusión, el Gobierno libertario resuelve avanzar por decreto. Lo hizo con amparó en el mega DNU 70/23 donde se declaró la emergencia en varias áreas pertenecientes a la órbita de la gestión nacional.
Entre los argumentos esgrimidos, el Ejecutivo sostuvo que “la privatización de la compañía y su funcionamiento en condiciones de mercado permitirán una mejor prestación del servicio, el cuidado de las arcas públicas y, principalmente, que los argentinos dejen de financiar el déficit de una compañía ineficiente”.
Vale recordar que, Javier Milei tiene intenciones fijas de vender la compañía aérea desde antes de llegar a la Casa Rosada y de hecho fue uno de sus discursos más celebrados por sus votantes durante la campaña. No obstante, la intención privatizadora había quedado en segundo plano hasta que la semana pasada escaló el conflicto con los gremios aeronáuticos.
Aerolíneas Argentinas: la antesala del decreto que habilita la privatización
El viernes pasado, el portavoz oficial, Manuel Adorni, ya había anticipado este nuevo decreto de Milei. “En un país con el 52,9% de los ciudadanos pobres, es inaceptable que se siga subsidiando a una aerolínea que podría ser gestionado de manera eficiente por el sector privado”, señaló el vocero del Gobierno y confirmó el inicio de conversaciones “con varias empresas privadas latinoamericanas para que se hagan cargo de la operación de Aerolíneas Argentinas“.
Luego del anuncio oficial, el Congreso comenzó a discutir un proyecto de ley en la Cámara de Diputados. De hecho, algunos funcionarios libertarios fueron a las reuniones de comisión de la semana pasada para defender la idea de la privatización, pero el oficialismo no logró el apoyo necesario para firmar un dictamen que les permitiera bajar la iniciativa al recinto.
En ese sentido, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aclaró que los reclamos de los gremios son “ilógicos”, al tiempo que calificó como “privilegios de casta” aquellos beneficios a los que acceden los trabajadores de Aerolíneas Argentinas y aseguró que en caso de que los gremialistas no cambien de perspectiva el Gobierno nacional no va a poder sostener la compañía.
“Vamos a promover fuertemente la actividad aérea de empresas privadas que vengan a la Argentina a trabajar como se trabaja en el mundo comercial. Si Aerolíneas Argentinas no se adapta a eso va a desaparecer porque el estado no va a poner más plata para mantenerla”, indicó Francos.
En esta línea, el funcionario nacional aseguró que la empresa debería trabajar en vender más pasajes, realizar más vuelos, quitar los privilegios que se le habrían otorgado a los trabajadores durante años, y agregó que la solución del Gobierno nacional será la de impulsar el sector privado en el área.
“A mí me preocupa que los trabajadores de Aerolíneas Argentinas no entiendan que la crisis de una empresa como Aerolíneas Argentinas no se soluciona pidiendo plata al estado para mayores aumentos de sueldos, sino que se mejora haciendo más eficiente la compañía”, sostuvo el jefe de Gabinete.
Por otra parte, el titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), Juan Pablo Brey, expresó que el nuevo decreto del Presidente, “es una decisión más de un Gobierno infantil que en lugar de sentarse y abrir una mesa de diálogo para buscar una solución a un conflicto que es total mente salarial, lo evaden”.